Lo dicho. Cacería los jueves, los domingos y el resto de la semana. Se ha abierto le veda en San Bartolomé de Tirajana y los analistas políticos recomiendan al público en general que los que quieran salir en la foto se estén quietos en sus respectivas casitas. Que están más monos. El chupinazo lo lanzó Román, que avisó el domingo a la peña que no permitirá relajos con el Plan General, lo que debe querer decir que tiene controlado a Fernando González en Política Territorial. Luego le saltó al cuello Marco Aurelio Pérez, el alcalde, que se puso faltón y recordó al presidente que el que manda en Maspalomas es él y que si quiere caldo, tres tazas. Más en su línea habitual, Pepe Juan Santana tragó este lunes saliva y contestó a un periodista de ACN que bueno, que a lo mejor un día va y se le escapa que el que lo trasquiló a él fue el camarada Mauricio. Y dirá que fue sin querer, que por ese afán suyo (de Mauricio) de querer agradar a tanta gente a veces se le va la mano. Mauricio no sabe dónde meterse, de momento se ha ido a Madrid, donde nadie le recuerda por la calle que lo de poner en medio de Meloneras un Corte Inglés es un disparate, que lo del viaje a Nueva York era enseñar mucho el plumero con Veneguera y que lo del día del trono marroquí fue una traición. Como le recuerdan muchos compañeros y camaradas cada vez que pueden. Mauricio -está publicado aquí hace meses- está en la operación de El Corte Inglés de Meloneras desde el principio. Puede que no le guste que se lo recordemos porque gracias a él su partido partido perdió una alcaldía para entregársela en bandeja al PP, y no al PSC, como señala ahora, y a buenas horas, Carmelo Ramírez. Nada que recordarles de aquella famosa conspiración de la mafia empresarial que confirmaba que el conseguidor de centros comerciales tenía en plena ebullición su nunca bien valorada imaginación.