La historia de las megaturbinas se complica, y no porque nosotros queramos, sino porque los vientos cambian de rumbo, como todo el mundo sabe, y hay que tumbar. La publicación -ejem- de las noticias referidas al pelotazo que tenían previsto dar con una adjudicación sin concurso para los amigos de Soria y Mauricio, ha hecho que el escenario sea otro. Sumen a ello la irrupción de Iberdrola, que se ha quedado tan encantada con Luis Soria que hasta le han pedido el curriculum, para mejor proveer. La eléctrica quiere entrar en el negocio del viento, pero ha llegado un poco tarde: el Puerto ha concedido los mejores terrenos a una empresa peninsular a la que ha obligado a hacer un hueco a Esquivel, Lopesan, Germán Suárez y Satocan, y el concurso estaba muy avanzado como para poder optar. Así que, ring, ring, llamadita al mayor de los Soria.