En la tónica habitual de masacrar al enemigo de la vía estrecha y de blindar al amigo que ha hecho el trabajo sucio, la dirección de La Caja ha mantenido en el renovado consejo de administración a Antonio Poveda. Y lo ha hecho en calidad de representante de los empleados de la entidad, a pesar de lo que todo el mundo sabe y los jueces se encargarán de poner en su sitio llegado el momento, que no lo quieren ver ni en pintura. Ni puede estar allí bajo ningún concepto. Habrá contencioso administrativo y juicio, a no ser que también lo pacten en el último minuto, a ser posible con alto desembolso económico para de La Caja, que como todo el mundo sabe, anda muy sobradita. Por cierto, confirmado lo que les adelantamos: entró Eduardo González y Juan Espino, por el PSC. Y Roque Cáceres, el ojito derecho de la vía plateada, a presidir la comisión de control. Nos negamos a repetir otra vez lo de isla Mauricio, que nos ponemos muy majaderos.