Les acompañaba en esta ocasión en el almuerzo Jorge Bethencourt, amigo del alcalde de Santa Cruz y ex director de la Televisión Canaria, que también compartió almuerzo la vez anterior. No vimos a Mauricio por ninguna parte, lo que no tiene por qué significar necesariamente que no estuviera, aunque fuera en espíritu. Tras confirmar que estaban allí, salieron a la hora prevista y juntos, y se dejaron retratar muy relajadamente paseando por la acera. Incluso se acercaron hasta el quiosco del edificio Miller a tomarse un café. Sólo les faltó besarse y gritar al mundo entero que su unión es muy duradera. No pueden decir que se tratara de un almuerzo entre alcaldes, porque Soria ya no lo es, ni de un contacto casual. Se trataba, ni más ni menos, de que los que tenían que enterarse se enteraran. Oído cocina.