En esto de Angulo y del inspector Towers hay otras muchas coincidencias, como la naturalidad y frialdad con la que toman decisiones que afectan a las personas sin las más mínimas prevenciones, o el cinismo para defenderlas... Pero hay otra todavía más extraordinaria: gastar con alegría y cánticos de su tierra el dinero que no les pertenece. Del Angulo Arena y la pasta gansa que nos va a costar a todos ya saben ustedes hasta latín. De los despidos de Paqui y Sarasua, ordenados por Angulo y eficazmente ejecutados por el inspector Towers, también. Despidos, por cierto, ordenados una vez hubo dinero en la lata de galletas tras la operación concedida por La Caja por la decisiva intervención del Cabildo. Una operación que en el caso de algunos de los intervinientes, presentaba serias dudas. Uno de los hoy benefactores de la UD vio veinte días antes cómo la misma Caja le denegaba una operación de 100 kilos por falta de garantías suficientes. Las mismas garantías sirvieron luego para otorgar 200. Lo de los panes y los peces, pero en versión muy nuestra. Y con el dinero y los riesgos de otros, como es menester.