Pero era lo nuestro relatar las ausencias: en tercer lugar que conste la del ministro -amigo, el irrepetible Álvarez Cascos, colega del patrón en game-parties, o menesteres cinegéticos. Según los cronistas, estaba liado en Madrid no sabemos si por que el AVE se la había vuelto a pegar en Lérida o porque estaba por pegársela. Sentida ausencia. Otra ausencia fue la de Curro, el concejal amigo, que no tiene la disculpa de los políticos porque no está en la campaña electoral. Y tan notoria como sentida ausencia lo fue la ambientación musical. Se esperaba algún airoso o fermata de La Favorita, de Donizetti. Y mientras los asistentes barruntaban si se celebraría la versión francesa o la italiana, pues ni lo uno ni lo otro. Pero quede claro que el expediente de presencias pudo con el de ausencias y el acto resultó de una brillantez extrordinaria.