La casa matriz del 'caso Lifeblood'

Para reforzar nuestro criterio de que Cardona y todo el PP deben callar y mirar hacia otro lado en el caso Canódromo baste con aportar a todo lo ocurrido con esa operación urbanística los modos de la empresa que dio el fabuloso pase. Inprocansa es la matriz del pelotazo, la que consiguió un convenio urbanístico colosal contando solamente con una opción de compra que los vecinos no han visto jamás, a pesar de haberlo reclamado insistentemente al Ayuntamiento. Es Inprocansa quien transmite los derechos a Urbacan, empresa de la misma propiedad que termina vendiendo en pocos días a Realia obteniendo las plusvalías que perdieron todos los vecinos de la capital por la negligencia urbanística del PP. Pero es Inprocansa también la empresa matriz de Lifeblood, la sociedad que se crea específicamente para presentarse en 2010 al concurso de la hemodiálisis de los hospitales doctor Negrín, de Gran Canaria, y José Molina Orosa, de Lanzarote, por importe de unos 125 millones de euros. Un concurso en manos de la justicia que fue finalmente anulado por la Consejería de Sanidad al detectarse que dentro de ese departamento se amañaron las bases para que una inmobiliaria pudiera ganarlo. De momento nadie del PP, ni siquiera el audaz Juan José Cardona, se ha atrevido a culpar al PSOE de ese enorme amaño a cuyo alrededor, por supuesto, hay revoloteando gente del partido.