Ha sido para Soria y Suárez una suerte tropezar con un Consejo General del Poder Judicial que tardó un tiempo récord en nombrar magistrado sustituto a la magistrada enferma a la que le cayó el sumario. Como ha sido una suerte para ellos tropezarse con una sala de vacaciones con un alto grado de efectividad y productividad. No ha corrido la misma suerte, por poner un ejemplo, el famoso sumario del caso Guillén, aquél en el que se ha visto envuelto el socialista Carmelo Padrón, que hasta tuvo que abandonar la política para que el procedimiento judicial y sus repentinas y muy medidas apariciones y desapariciones, no siguieran perjudicando tanto a su partido. Por cierto, ¿qué ha sido del caso Guillén que durante tantos años tramitó el hoy presidente del TSJC? Lo dicho, que los hay con suerte. Lo malo es que encima se ponen porfiones.