Ni en tiempos de los coches de hora. Entonces, los Aicasa recorrían las sinuosas carreteras de Gran Canaria con mucha mercancía en su interior o en sus bacas. Llevaban medicinas, encargos, dinero en metálico y la saca de Correos. Era normal entonces que una carta entre Las Palmas y La Aldea tardara un par de días, más que nada porque, antes de meterla en el coche de hora, había que clasificarla y, luego, repartirla. Ahora han mejorado las comunicaciones una barbaridad y ya hay mensajeros y Postal Express. Está el fax, el correo electrónico, la banda ancha, la banda de Agaete, la banda que pone Angulo en el Estadio Insular para tapar a los Ultra Naciente. Pero ninguno de estos adelantos ha llegado a Correos. De otro modo no se entiende que una carta puesta en Teror el pasado 29 de agosto haya llegado a su destino, en la calle de Triana, en Las Palmas, este mismo lunes, es decir, 24 días después. No queremos pensar que todo sea una estrategia para justificar la privatización del servicio, en aplicación de las exitantes tendencias del PP. Y mucho menos que es un ardid de los defensores de que hasta la villa mariana llegue una autovía. La carta contenía una invitación del alcalde de Teror para la inauguración del nuevo estadio de fútbol, que se celebró el pasado día 3.