ANÁLISIS

Page encuentra “en lo personal” un punto en común con Pedro Sánchez tras años de tensiones

Son muchos los análisis, reacciones, augurios y escenarios que Pedro Sánchez ha abierto durante cinco días con su decisión de tomarse un periodo de reflexión. Finalmente seguirá en el cargo, pero una de las derivadas de su stand by ha sido conseguir un apoyo sin fisuras de Emiliano García-Page, la voz más crítica del PSOE. O mejor dicho, un apoyo “en lo personal” porque el presidente de Castilla-La Mancha le ha mostrado su empatía, sí, pero ha medido muy bien sus palabras. En ningún momento le ha pedido que no dimita. Eso sí ha celebrado que “él y su familia” puedan con “las mentiras”.

No ha dicho nada más. Sí lo ha hecho el secretario de Organización del PSOE autonómico, Sergio Gutiérrez, destacando que este periodo de reflexión debe servir para que “el conjunto de las fuerzas políticas intentemos hacer un acuerdo por la convivencia en la política”. Es un mensaje calcado al que han repetido otros dirigentes socialistas, apelando a los valores democráticos.

“Para que nunca más la crispación excesiva, el insulto, las descalificaciones personales, los señalamientos, incluso a nuestros familiares que no están en la vida pública, sean el eje central del debate público”, ha subrayado Gutiérrez.

Una tensa relación desde hace más de siete años

La relación entre Sánchez y Page ha sido una montaña rusa desde que hace siete años y medio, este último intentara desbancar al primero de la secretaria general del PSOE junto a Susana Díaz. Desde entonces, ambos han sabido mantener las formas a la luz de sus respectivas victorias electorales, pero la oposición frontal del castellanomanchego a muchas de las políticas de Moncloa nunca ha cesado. Y previsiblemente no lo hará a pesar del acercamiento de los últimos días.

La ley de amnistía que prepara el Gobierno para asegurarse el apoyo de Junts y ERC a sus políticas ha sido durante meses la espita de las tensiones entre ambos. Y también una constante en el discurso de Page desde las elecciones generales del verano pasado.

El presidente de Castilla-La Mancha llegó a decir que el contenido de la normativa que pactaban los socialistas con Junts estaba en el “extrarradio” de la Constitución. En el PSOE le respondieron, entre otras cosas, que el que estaba en el “extrarradio del partido” era él.

A todo ello se han añadido otras circunstancias que han elevado una tensión por entregas. El último de ellos ha sido una carta de Page a Pedro Sánchez pidiéndole que compense a las comunidades autónomas los gastos derivados de sus decisiones políticas y que cifra en 280 millones de merma anual. Una misiva, de momento, sin respuesta.

Así que al presidente del Gobierno este periodo de reflexión le ha servido también para que el barón socialista más crítico haya cerrado filas con él. “Cuenta con todo el apoyo de los socialistas castellanomanchegos y con el mío particularmente”, dijo ante el Comité Federal del PSOE al que llevaba meses sin acudir, arrancando los aplausos de los asistentes.

Su apoyo se lo ha dado por “empatía en lo personal”. “Yo me hacía la misma pregunta casi una vez por semana”, aseguraba Page al referirse a la duda de Sánchez sobre si debía o no seguir al frente del gobierno.

Eso sí, en ningún momento García-Page pidió al presidente del Gobierno de España que no se fuese. Al menos no de forma expresa. “Puede reaccionar como quiera y hay que respetarlo”, decía el presidente castellanomanchego ante sus compañeros de partido.

El secretario general de los socialistas castellanomanchegos también cerró filas con el PSOE. “A este partido no le van a quitar la moral y menos los que tienen ninguna”.

Porque Page empatizaba con “el dolor” de Pedro Sánchez ante lo que calificó de “acusación falsa e injusta” contra su mujer, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios, que había deslizado el pseudosindicato Manos Limpias en una denuncia basada en recortes de prensa. Y sin embargo esa empatía no se traslada al cien por cien en las decisiones políticas de Pedro Sánchez.

Es evidente que sí merece la pena

Este lunes en Castilla-La Mancha la primera en reaccionar era la delegada del Gobierno de España Milagros Tolón - incondicional de Sánchez- para ofrecerle su “apoyo personal” tras saberse que no se iba.

Cree que su decisión supondrá un “impulso a las políticas sociales que mejoran la vida de la gente y que tiene su reflejo en la vida real de las personas”. Tolón cree que “es evidente que sí merece la pena”, y eso añadía, “a pesar del acoso que hemos sufrido”.

Desde el PP, la respuesta de Paco Núñez al anuncio de Sánchez ha sido tan escueta como la del propio Page y utilizando el mismo canal, las redes sociales. Su comentario eso sí, se ha centrado en atacar al propio presidente de Castilla-La Mancha al que ha acusado de “blanquear el teatro lamentable” de Pedro Sánchez, al que por cierto también ha acusado de “utilizar al rey”.

Al margen de las reacciones, la jornada también ha tenido espacio para la ironía, como la que ha usado el Grupo Municipal Socialista para arremeter contra el alcalde (del PP), Carlos Velázquez, alegando que “lleva reflexionando 317 días (desde que fue elegido en su cargo) si merece o no ser alcalde con la ciudad paralizada y un gran caos cada fin de semana”. Los socialistas toledanos se referían con ello al “desorden” y los “atascos” que según ellos se están sucediendo en diferentes puntos de la ciudad.