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La Valencia de Joaquín Sorolla

"La playa de Valencia, luz matinal" (1908), Joaquín Sorolla.

Elisa Caballero

Sorolla es un poeta de la luz y el color. El pintor valenciano encumbró a su ciudad dedicándole gran parte de su obra, la que podríamos bautizar como “Oda a Valencia”. Muchos de sus cuadros retratan lugares conocidos de la urbe que, a día de hoy, siguen siendo utilizados y paseados por la población local.

La Lonja de Valencia

“El grito del Palleter” fue pintado en  1884. Este lienzo está dedicado a “El Palleter” (Vicente Doménech), un personaje popular de la Guerra de la Independencia Española que, según la tradición, fue el primero que animó a la población valenciana a rebelarse contra los franceses en los escalones de la Lonja de Valencia. El grito supuso el comienzo de la rebelión antifrancesa en la ciudad.

Los escalones de la Lonja que protagonizaron la histórica escena siguen en pie actualmente. La Lonja de los Mercaderes, situada en la plaza del Mercado, se construyó entre 1482 y 1548, y es una obra maestra del gótico valenciano. Este edificio es un símbolo de la prosperidad comercial y económica y del desarrollo social de la burguesía valenciana conseguida en el siglo XV. Entre los siglos XIV y XVIII la industria de la seda fue la más potente de la ciudad. De ahí el cambio del nombre de la construcción a “Lonja de la seda”. En 1996 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.  Se puede visitar de lunes a sábado de 10 a 19h y el domingo de 10 a 14h.  

Playa de la Malvarrosa

Sorolla captó como nadie el reflejo del sol en el Mediterráneo. El artista pasaba temporadas estivales en una casita en El Cabañal, cerca de la Playa de la Malvarrosa. Esta última fue el escenario elegido en muchos de sus cuadros: “Pescadoras Valencianas”, “Malvarrosa”, “Playa de la Malvarrosa”, “Corriendo por la playa”, “Las tres velas”, entre otros.

“Las tres velas” fue pintado por Sorolla en 1903, en lo que se conoce como su “etapa de culminación”. El propio pintor le contaba en una carta a su amigo Pedro Gil Moreno lo satisfecho que estaba durante esta época: “Estoy muy entusiasmado de las cosas que veo en la playa. Todo me impresiona como si fuera la primera vez que lo he visto”.  En “Las tres velas”, Sorolla homenajea el duro trabajo de las mujeres de la época: pescadoras y, a la vez, encargadas de la crianza de los hijos e hijas.

La Playa de la Malvarrosa es, en la actualidad, la playa urbana por excelencia de la ciudad de Valencia. Con una longitud de un kilómetro, cautiva por su arena fina y dorada y, sobre todo, por su luz. Se suelen celebrar numerosas actividades en ella, sobre todo en la época estival, como el cine de verano. Uno de los pasatiempos favoritos de la población local es pasear por el Paseo Martítimo. Además, cuenta con un carril bici para los que quieran llegar al mar en bicicleta.  

Antigua Casa dels Bous

La Casa del Bous, situada en el marinero barrio del Cabañal, en la calle Pescadores, se utilizaba para dar cobijo a los bueyes y toros que transportaban las barcas hasta la orilla del mar. Se cuenta que Sorolla lo utilizaba como taller y guardaba allí sus cuadros. El artista inmortalizó en sus lienzos la escena de los bueyes tirando de las barcas en “La vuelta de la pesca” que, por cierto, era pesca de arrastre “pesca del bou” (de ahí el nombre de la casa).

Durante mucho tiempo, esta edificación se encontró en estado de abandono hasta que la asociación “La Fábrica del sol” lo rescató para convertirlo en espacio cultural autogestionado rebautizado como “Atelier dels Bous”. Los socios y socias son los que organizan y gestionan este lugar, que se ha convertido en un referente de la cultura alternativa valenciana.

Antiguo asilo San Juan de Dios

El antiguo asilo San Juan de Dios cuidaba de huérfanos enfermos. Como se situaba cerca de la playa de la Malvarrosa, se diseñó con amplias galerías y terrazas por las que entrara el sol y la brisa marina, beneficiosa para la salud. Sorolla retrató en “Triste herencia” (1899) a uno de los grupos de niños de este asilo entrando al mar acompañados de un religioso de la orden de San Juan de Dios. Este cuadro se presentó a la Exposición Universal de París del año 1900, y fue premiado con el Grand Prix. En la actualidad, el edificio alberga al Hospital Vithas Nisa Valencia al Mar.

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