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“Con el William Herschel y el satélite Gaia trazaremos un mapa de la Vía Láctea del siglo XXI”

Marc Balcells dirige del Grupo de Telescopios Isaac Newton desde 2009. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Pertenece al Science and Technology Facilities Council (STFC) del Reino Unido, es investigador afiliado del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), profesor honorario de la Universidad de Nottingham y director del Grupo de Telescopios Isaac Newton (ING) desde 2009. Marc Balcells estudio Física en la Universidad Central de Barcelona e hizo el doctorado en la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos. Posteriormente, realizó siete años de investigación posdoctoral en la Universidad de Groningen, en los Países Bajos. La astrofísica, ha asegurado en una entrevista concedida a LA PALMA AHORA, “es una profesión que combina la creatividad personal con una actividad científica y tecnológica internacional, con proyectos globales, y es muy atractiva porque te da la oportunidad de conocer a gente brillante de muchos países”.

-¿Qué papel jugará el Grupo de Telescopios Isaac Newton (ING) en los programas de astronomía en la próxima década?

-Los telescopios del Grupo Isaac Newton (William Herschel, de 4.2 metros de apertura, e Isaac Newton, de 2.5 metros) han representado el corazón, el núcleo duro del Observatorio de El Roque de Los Muchachos (ORM) durante el último cuarto de siglo, y siguen siendo líderes en producción de resultados científicos. En la próxima década, sería natural que el Grantecan pasara a tomar el liderato en producción de resultados. Nosotros hemos planificado cuidadosamente el futuro de forma que nuestros telescopios de tamaño intermedio sigan generando resultados punteros.  Para ello hemos cambiado el paradigma de observación, estamos construyendo un nuevo gran instrumento y dedicaremos el telescopio William Herschel (WHT) a realizar grandes cartografiados espectroscópicos. Planeamos continuar con el programa de innovación tecnológica y de instrumentos visitantes en el WHT. Al telescopio Isaac Newton (INT) tenemos proyectado proveerlo de dos nuevos instrumentos a través de acuerdos con universidades y centros de investigación. En ambos seguiremos haciendo hincapié en la formación de jóvenes investigadores a través de nuestro programa por el que cada año cuatro estudiantes de máster o doctorado pasan 12 meses con nosotros aprendiendo a observar y manejar telescopios. 

-¿Cuáles son las prioridades científicas y los retos?

-Con nuestros telescopios los astrónomos investigan en todo el ámbito del conocimiento astrofísico, desde los cuerpos menores del Sistema Solar hasta la cosmología observacional, pasando por estrellas, nebulosas, galaxias y cúmulos de galaxias. En la próxima década, y con el nuevo instrumento ahora en construcción, nuestra prioridad será contribuir a tres de las grandes preguntas que actualmente presentan un reto acuciante: cómo se formó nuestra galaxia, la Vía Láctea; cómo se formaron y evolucionaron las galaxias, y cuáles son los constituyentes principales del Universo, la naturaleza de la materia oscura y la energía oscura. Con el telescopio INT esperamos hacer contribuciones fundamentales a otra de las grandes prioridades en investigación astrofísica: si existen planetas orbitando alrededor de otras estrellas que puedan albergar vida. El reto para un observatorio como el nuestro es tener a la vez la visión, los medios y la capacidad de organización para que, de cinco a diez años en adelante, los astrónomos dispongan de los equipos novedosos que permitan responder a las preguntas más interesantes que vayan surgiendo. En estos años de crisis los observatorios españoles han sufrido un atraso relativo con respecto a otros países debido a recortes en la financiación, ya que el Gobierno de España decidió no apostar por la ciencia y la innovación como motores económicos. Los países de nuestro entorno que sí lo hicieron tienen una tradición científica de siglos, más arraigada que la española. Nuestro reto es recuperar la posición que habíamos conseguido antes de la crisis con esfuerzos notables de financiación.  

-¿El ING y el Grantecan participan en proyectos conjuntos?

-Los astrónomos españoles hace ya años que sacan partido conjunto del Grantecan y los telescopios del ING. Los telescopios grandes tienen mayor profundidad de visión (ven estrellas y galaxias más débiles) mientras que los menores disponen de un campo de visión más amplio. El Grantecan y el ING colaboran también a nivel de operaciones y desarrollos. Esta colaboración puede crecer en los próximos años en beneficio de ambos. 

-El Telescopio William Herschel sigue siendo el centro de la estrategia del ING y hasta el 2017 ofrecerá observación clásica. ¿Qué cambios se producirán a partir de este año?

-En 2018 cambiaremos el modo actual que llamamos de ‘observación clásica’, en el que astrónomos de los países miembros acuden al telescopio cuando se les conceden noches de observación; observan de dos a cuatro noches para su programa, y después preparamos el telescopio para las necesidades del siguiente investigador. En 2018 pasaremos a dedicar grandes bloques de tiempo a muestreos espectroscópicos, reteniendo solo una parte menor del tiempo para observación clásica y para desarrollos de nuevas tecnologías. Mantendremos nuestra dedicación a la formación de jóvenes investigadores. 

-¿Cuándo se instalará el potente espectrógrafo de campo amplio multi-objeto WEAVE?

-Estamos concluyendo la fase de diseño, e iniciando la de construcción. Si todo va bien, el instrumento llegará a El Roque a mediados de 2017, y tras varios meses de instalación y pruebas, comenzará su andadura científica en 2018. Es un gran proyecto, de dimensión mundial. Las grandes lentes del nuevo corrector óptico fueron diseñadas en La Palma por un ingeniero húngaro; los moldes se fabricaron en Alemania, Japón y Estados Unidos, se están puliendo en Nueva Zelanda y se montarán en España. El posicionador de fibras se fabrica en Inglaterra, y el espectrógrafo, en los Países Bajos. Gran parte de la electrónica de control procederá de Tenerife. La electrónica, gestión, diseño mecánico y software se producen en la Isla. En definitiva, es un proyecto global para el Observatorio del Roque de Los Muchachos.

-¿Qué datos aportará?

-Un equipo de más de 100 astrónomos de los países miembros (España, Inglaterra y Países Bajos) así como de Francia, Italia y México, está ya preparando la explotación de WEAVE, que se concentrará en tres grandes temas. Por un lado, en un gran cartografiado de la Vía Láctea, que aspira a obtener datos espectroscópicos de varios millones de estrellas, en conjunción con un gran observatorio espacial de la Agencia Europea del Espacio: el satélite Gaia, que lleva casi un año ya tomando datos de gran precisión sobre las posiciones y movimientos de las estrellas de nuestra galaxia. Con estos datos esperamos aprender sobre la estructura, la dinámica de la Vía Láctea. Serán de tal precisión que permitirán trazar hacia el pasado la historia de nuestra galaxia y comprender la historia de su formación, aportando así información valiosísima sobre la evolución de las estrellas. Por otro, se realizarán varios cartografiados dirigidos a comprender la estructura y evolución de las galaxias y los cúmulos de galaxias. Algunos de estos cartografiados van ligados a las detecciones de un innovador radiotelescopio instalado en Europa continental, llamado LOFAR. En tercera lugar, se trazarán dos cartografiados enfocados a conocer la distribución a gran escala de las galaxias en el Universo. Este tipo de mapas tridimensionales del Universo son los que aportan información sobre la presencia y las propiedades de la materia oscura y la energía oscura. 

-En el contexto de la observación astrofísica mundial, ¿qué valoración hace del complejo de El Roque de Los Muchachos?

-Durante muchos años, la presencia del WHT de 4.2 metros, entonces el telescopio más grande de Europa, hizo del Roque de Los Muchachos un referente mundial en observación óptica e infrarroja. Gracias a la llegada del Grantecan (10.4 metros) hace cinco años, se ha mantenido en la primera división de los observatorios. Tenemos lo necesario para competir por los primeros puestos de la tabla, pero nuestros competidores juegan fuerte con inversiones muy importantes. La clave es preparar la próxima década.  El dinero no lo hace todo, también se precisa la confluencia de creatividad y capacidad de organización, pero sin una inversión estable y amplia quedaremos descolgados. El futuro pasa probablemente por sacar más partido de las oportunidades que brinda la amplia internacionalización del Observatorio de El Roque de Los Muchachos.  

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