“La cabra palmera sería ideal para los preparados lácteos chinos”

Juan Capote en su reciente visita a China en una granja de las denominadas '0 distancia'.

Esther R. Medina

El investigador palmero Juan Capote, doctor en Veterinaria y responsable de la Unidad de Reproducción Animal, Pastos y Forrajes del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), considerado una autoridad mundial en ganado caprino, ha realizado desde 2014 seis viajes a China para asesorar al gigante asiático en temas relacionados con el desarrollo industrial vinculado al manejo de la cabra y la producción láctea.

En su última visita, que tuvo lugar este mes de octubre, recibió un galardón de la China Dairy Industry Association por el apoyo al desarrollo industrial en la etapa en que fue presidente de la International Goat Association (IGA). “No me cabe duda de que la cabra palmera sería la ideal para los preparados lácteos chinos. Que sepamos, es la de mayor producción de proteína entre todas las cabras de alta producción lechera del mundo. La leche en polvo es un extracto seco que aumenta según el porcentaje de sus componentes y, por lo que sé, nuestra cabra supera el 4% en el nivel de proteína, mientras que las de China y Estados Unidos se quedan en un 3%, es decir, estamos hablando de casi 30% más”, ha señalado a La Palma Ahora.

Capote cree que “se abre la posibilidad de que los industriales chinos puedan invertir en Canarias en aspectos que no cubren las industrias del Archipiélago y que importen cabras españolas”.

“¿Pero por qué no se llevan cabras palmeras para China?”, se pregunta. “Hay una razón fundamental, pero no la única. Se trata de las estrictas barreras sanitarias de aquel país donde no se pueden importar animales vivos y hasta el semen y embriones tienen serias dificultades”, responde. “Según me comentaron, pretenden importar material genético español pero van paso a paso y necesitan un control sanitario muy amplio. La otra dificultad proviene del complicado manejo de la cabra palmera. Son animales mucho más temperamentales y jerarquizados que los que tienen en su país. Cuando se ha viajado un poco, por razones de trabajo, y se ha convivido con otras razas caprinas, no puedes menos que sentir una gran admiración por nuestros cabreros, verdaderos sabios del risco que son capaces de meter en vereda, literalmente, y hacer producir de manera notable a estas singulares cabras”, resalta.

Explica que “en China se ha generado un cambio radical en los sistemas de industrialización láctea, y eso ha llevado a que los sistemas de explotación de los animales vayan evolucionando de manera irregular. Muchas personas viven dignamente de sus cabras mientras que otras con más preparación e interés han sabido acogerse a las ayudas y ahora son ricos”. “Este año estuve, entre otros sitios, en una granja de 1.200 animales, que sin duda tenía un buen nivel de rentabilidad, a pesar de la numerosa mano de obra empleada. Y el año pasado tuve que hacer un vuelo interior para visitar otra de 100.000 ejemplares distribuidos en módulos de 300 que eran atendidos por dos matrimonios. Cuando les dije que, mejorando el manejo, solo hacían falta dos personas para llevar el módulo, me contestaron que era una necesidad del país el emplear más mano de obra, y obviamente me callé”, comenta.

En materia industrial, asegura Capote, China “está a la última”. “En una misma fábrica te puedes encontrar tecnología americana, neozelandesa, alemana o israelita. Solo los laboratorios de calidad higiénico-sanitaria pueden tener hasta treinta trabajadores y el personal superar los 200”, recalca. Su producto estrella es “la fórmula para bebés basado en leche de cabra”.

El Gobierno de China, cuenta el investigador palmero, “apuesta mucho por este tipo de industria que despierta gran interés; y en los eventos importantes, por ejemplo, está presente la TV central, con un gran número de audiencia; y da la casualidad, o no tanto, que el presidente actual de China nació en una zona que ahora está inmersa en la cuenca caprina de leche”.

Capote recuerda que “mi relación con los chinos se inició en el 2012 durante un congreso de la International Goat Association celebrado en Gran Canaria. Poseían casi el 20% de las cabras del mundo pero su presencia en el ámbito internacional era limitada. En el 2013 volvimos a coincidir en otra reunión en Noruega y, entre 2014 y 2017 he viajado a ese país seis veces, y los he acompañado en una visita suya a España”. “Desde mi posición en aquel momento de presidente de la IGA, y con el apoyo de mis colegas, especialmente Jean Marie Luginbuhl, consideré adecuado darle la importancia que se merece a la industrialización de la que hablamos. Nosotros somos desde entonces su soporte en el ámbito internacional y eso es valorado por gobernantes y administradores”, concluye.

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