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Cuando el aceite de oliva se convierte en arte

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Hablar de Arte y de Ciencia puede parecer que es hablar de dos mundos distintos y alejados entre sí. La realidad es que ambos mundos están íntimamente conectados y el proyecto OLEA génesis es un buen ejemplo de ello. Este proyecto creado por el artista Solimán López en colaboración con el bioinformático José Javier Forment Millet e investigadoras del Instituto de la Grasa, es un ejemplo de colaboración rompedor: OLEA génesis persigue revalorizar el producto de la tierra a través de una serie de obras artísticas en formato físico y digital.

¿Cómo? ¿pero de qué estamos hablando? Pues bien, mediante la creación de una serie limitada de NFT (Non Fungible Tokens; en castellano Token no fungible), se ha realizado un malabarismo técnico creando esculturas virtuales y piezas físicas que supone una ruptura de las fronteras de lo biológico y lo digital a través de esta metáfora de unión de la agricultura, biotecnología, arte y blockchain a través del aceite de oliva.

En un mundo en completa evolución, los NFT se han colocado en el centro de la actualidad irrumpiendo con fuerza en el mercado del arte. La obra de arte digital certificada (NFT) tiene una extensión en el mundo natural a través de piezas seriada en formato físico representadas en esculturas e instalaciones. OLEA génesis persigue revalorizar el producto de la tierra a través de una serie de obras artísticas en formato físico y digital. Estas obras de arte contienen aceite de oliva que incluye en su interior moléculas de ADN artificiales cuya secuencia codifica para una criptomoneda. Es decir, se ha creado una criptomoneda cuyo contrato inteligente se ha convertido en moléculas de ADN sintetizadas químicamente que se han introducido en el aceite de oliva. Y todo ello en un formato físico de forma discoidal llamado OLEA. En el formato digital de OLEA, las NFTs mostrarán la molécula OLEA en diferentes entornos y espacios tridimensionales o metaversos. Conceptualmente, “el resultado es un aceite único que une la economía más antigua de la humanidad, la agricultura, junto con la más actual y futura, la relacionada con el blockchain y las criptomonedas” en palabras del artista Solimán López.

El desarrollo de este proyecto ha contado con la participación del Instituto de la Grasa (IG), centro de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas con sede en Sevilla, que celebra este año su 75º aniversario. El origen del Instituto se fundamentó en el apoyo al sector del aceite de oliva y de la aceituna de mesa, convirtiéndose en un referente mundial en dichos temas. Posteriormente, ha evolucionado adquiriendo además un importante bagaje en el campo de aceites y grasas, salud, tratamiento de subproductos, todo dentro de ciencia y tecnología de los alimentos, sin olvidar abrir nuevas perspectivas en este interesante sector centrándonos en nuestro “oro líquido”. Los proyectos que desarrollan son de índole internacional, nacional y regional, y también a través de contratos con empresas. Desde una investigación básica, el centro ha sabido trasladar al tejido industrial un desarrollo aplicado que en muchos casos han derivado en importantes colaboraciones y patentes en explotación, e incluso en la creación de varias empresas de base tecnológica y, ahora, la colaboración de arte y ciencia permitirá fortalecer el próspero futuro del NFT.

Las OLEAS se presentaron en el Festival Internacional Ars Electrónica Garden Barcelona, que el pasado 8 de septiembre. El objetivo es exponerlo en centros de arte, universidades espacios creativos, festivales y museos y el público podrá oler, sentir e incluso tocar las OLEAS. La primera acción tendrá lugar en el Pabellón Español en la Expo Dubái. Así, el 11 de marzo, Solimán López y su equipo estarán presentando el proyecto en este epicentro de la innovación mundial, tras su exitosa participación en ARCO Madrid.

Hablar de Arte y de Ciencia puede parecer que es hablar de dos mundos distintos y alejados entre sí. La realidad es que ambos mundos están íntimamente conectados y el proyecto OLEA génesis es un buen ejemplo de ello. Este proyecto creado por el artista Solimán López en colaboración con el bioinformático José Javier Forment Millet e investigadoras del Instituto de la Grasa, es un ejemplo de colaboración rompedor: OLEA génesis persigue revalorizar el producto de la tierra a través de una serie de obras artísticas en formato físico y digital.

¿Cómo? ¿pero de qué estamos hablando? Pues bien, mediante la creación de una serie limitada de NFT (Non Fungible Tokens; en castellano Token no fungible), se ha realizado un malabarismo técnico creando esculturas virtuales y piezas físicas que supone una ruptura de las fronteras de lo biológico y lo digital a través de esta metáfora de unión de la agricultura, biotecnología, arte y blockchain a través del aceite de oliva.