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Gobierno central y PSOE arropan en masa a Muñoz como alcalde de Sevilla y como el candidato socialista para 2023

Antonio Muñoz es ya alcalde de Sevilla y en sus planes está serlo más allá de mayo de 2023, que es cuando expira el actual mandato municipal, hasta el punto de que en su investidura este lunes proponía un programa de gobierno que se extiende durante los dos próximos periodos electorales. Para ello cuenta de inicio con el apoyo de su partido, el PSOE, que se movilizaba en masa y tiraba del Gobierno central para arropar al nuevo regidor y lanzar el mensaje de que será su candidato en las municipales del año que viene.

De esta manera, los socialistas sacaban toda la artillería y, en la práctica, daban el pistoletazo de salida a la campaña electoral en la que se juegan nada menos que mantener la ciudad más importante en que la que hoy gobiernan en España. Y es que precisamente uno de los aspectos más arriesgados de la operación que ha sacado a Juan Espadas de la alcaldía para que lidere el PSOE andaluz ha sido el de poner en peligro un gobierno municipal que funcionaba sin grandes sobresaltos y con visos de continuidad, de ahí la insistencia en repetir que Muñoz no es ni mucho menos un interino y que hay alcalde para rato.

Así lo dijo el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, quien no sólo transmitía el “apoyo total” de la dirección federal del partido a Muñoz, sino que lo presentaba como alcalde de Sevilla “para el presente y para el futuro”, y en la misma línea lo refrendó el secretario federal de Política Municipal y vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. “Tiene perfectamente claras las prioridades del proyecto de ciudad para los próximos años y para liderarlo en el futuro”, ratificaba su predecesor, Juan Espadas, y todo ello con el despliegue de nada menos que tres ministras del Gobierno de España: María Jesús Montero (Hacienda), Pilar Llop (Justicia) y Reyes Maroto (Industria).

“Feminista, inclusiva y respeto a la diversidad”

Con semejante escolta –y la presencia incluso del vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín–, Antonio Muñoz tomaba el bastón de mando y lo hacía con un discurso en el que adelantaba que trabajará por una Sevilla “feminista, inclusiva y referente del respeto a la diversidad”. Y aunque se declaró heredero del proyecto impulsado por Juan Espadas, empezó a marcar su propio territorio con la garantía de que Sevilla “no se va a quedar atrás” en el reto de la economía verde y digital en el que ve el futuro de todas las ciudades.

Para ello basará su gobierno en “dos conceptos básicos y necesarios”: la gestión y la reivindicación, “reivindicación que pido que se le haga a este alcalde al mismo tiempo que yo reivindicaré donde haya que hacerlo” y ante cualquier administración. Precisamente, el principal reproche que la oposición le seguía haciendo este lunes a Espadas era su nulo talante reivindicativo ante el Gobierno central pese a que dependen de él cuestiones clave como la financiación del metro, la ronda de circunvalación SE-40 o la conexión ferroviaria entre la estación de trenes de Santa Justa y el aeropuerto.

Los barrios más pobres de España

Muñoz definió como “el principal problema de Sevilla” contar con algunos de los barrios más pobres de España, “una realidad que no podemos seguir consintiendo” porque en ellos viven nada menos que 94.000 personas. Para ello, propone que el ayuntamiento hispalense coordine la gestión de estas zonas con necesidad de transformación social, incluyendo las áreas que le corresponden a Gobierno central y Junta de Andalucía, en una batalla en la que cada administración no debe hacer la batalla por su cuenta para reducir estas desigualdades. El objetivo final es que Sevilla sea así una ciudad inclusiva, porque “una sociedad desequilibrada es una sociedad quebrada, rota”. 

Además de por la inclusión, Muñoz abogó por una ciudad que funcione, para lo que anunciaba un nuevo modelo de coordinación en la intervención y mejora urbana para hacer frente a algunas de las cuestiones que están calando en la ciudadanía como principales problemas de Sevilla: la limpieza viaria, el mantenimiento de los espacios públicos y la gestión del arbolado y las zonas verdes. Esto último conecta con otro de sus ejes, el de la sostenibilidad, “debemos aspirar a ser capital verde europea… pero es evidente que aún no estamos preparados”.

Con la vista puesta en 2029

Y el cuarto pilar en el que sustenta su proyecto es el de implantar un nuevo modelo económico. Para ello, al principal motor de la ciudad que es el turístico –tanto que quiere trasladar el mismo sistema de gestión en otros sectores– quiere unir otros dos: uno basado en la industria, la innovación, la ciencia y la investigación, y otro que se apoye en la cultura, “una de nuestras señas de identidad”.

Para plasmar todo lo anterior, Muñoz propone establecer “un gran reto de ciudad que nos una”, y para ello utilizaba la percha del centenario de la primera exposición que modernizó Sevilla, la Iberoamericana de 1929. “No se trata de tener otra exposición universal”, advirtió, sino de utilizar esa zanahoria para que 2029 sea el salto “a la Sevilla del futuro, la modernidad y la innovación, pero apoyándonos sobre nuestras raíces y nuestro patrimonio” y con la prioridad puesta en la transformación de los barrios desfavorecidos.

Volver a mirar a América

Para esa Sevilla de 2029 quiere implicar a todas las administraciones en un consorcio que permita además a la ciudad volver a mirar a América, “pero con una visión europea”. Ya puestos, proponía la celebración de una Cumbre Iberoamericana e incluso que la capital hispalense sea la sede del Museo de América si finalmente el Gobierno central se embarca de verdad en ese proceso de desconcentración con el que ha amagado.

En definitiva, que el nuevo alcalde ponía sobre la mesa un proyecto de “luces largas y ambición” que, si quiere sacar adelante, supone que no sólo tiene que ser el candidato del PSOE sino también ganar las elecciones de 2023 y 2027. Lo primero se lo garantiza su partido a día de hoy, lo segundo lo tendrá que pelear con su gestión para seguir siendo el alcalde de la que considera su “ciudad patria”. ¿Será usted el candidato en 2023?, se le insistía ya con el bastón de mando bajo el brazo. “No cabe otra opción, por eso este ambicioso programa de gobierno más allá de 2023”.

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