Susana Díaz cita a sus rivales en 2019: “Las urnas nos cogerán trabajando”

No llevaba ni dos minutos en la tribuna de oradores, cuando la presidenta andaluza, Susana Díaz, ha mencionado el adelanto electoral. Hace meses que sobrevuela el run run de que la cita con las urnas, prevista para la primavera de 2019, se precipitará este año. Los grupos de la oposición no dejan de vaticinar un adelanto y la presidenta no para de desmentirlo. El debate sobre la situación de Andalucía que tiene lugar este martes en el Parlamento corría el riesgo de orbitar en torno al fantasma electoral, y Díaz ha intentado zanjar ese debate de una vez por todas: “Cualquiera que nos oiga pensará que lo único que nos interesa es la fecha de las elecciones. Vamos a intentar que las urnas nos cojan trabajando”, ha dicho. Y acto seguido ha anunciado que esta misma mañana la Consejería de Hacienda ha tramitado la orden para la elaboración de los Presupuestos Autonómicos de 2019. 

Luces largas en el Gobierno andaluz para apurar al máximo la legislatura. Este trámite no elimina del todo la posibilidad de unas elecciones en octubre o noviembre, porque el PSOE tendrá aún que negociar las cuentas con su socio preferente, Ciudadanos, que cada día se distancia un poco más para llegar solos a los comicios. La formación naranja bebe del calado de votos socialistas, pero sobre todo del PP, de ahí su interés por marcar distancias de Susana Díaz, de quien han sido socios fieles estos tres últimos años. 

La oposición sigue pensando que habrá elecciones en otoño, y la presidenta les responde que pierden el tiempo, porque no quieren trabajar. Ambos discursos tienen algo de estrategia política, claro, pero también hay indicios racionales para pensar en un adelanto electoral: la vertiginosa agenda de Susana Díaz desde septiembre del año pasado, cuando retomó el timón del Gobierno andaluz tras su derrota en las primarias del PSOE frente a Pedro Sánchez; la inestabilidad política del país, cimbreada por el conflicto latente de Cataluña; la debilidad y el desgaste del PP, líder de la oposición en Andalucía; el estancamiento de Podemos como catalizador de la ilusión y la indignación de la gente; que Ciudadanos no disfruta de un auge ni de un liderazgo en Andalucía equivalente al de Madrid y Barcelona; y que IU no termina de amarrar la confluencia con el partido morado para representar una alternativa fuerte de izquierdas. El PSOE andaluz está más cómodamente instalado en los sondeos de intención de votos, y la oposición no termina de armar una alternativa que saque a los socialistas del poder después de 36 años ininterrumpidos gobernando.

(Habrá ampliación)