El grupo municipal del PSOE en Zaragoza aviva su crisis con una operación orgánica contra un edil enfrentado con la portavoz

Luis Faci

21 de septiembre de 2025 22:14 h

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Las aguas siguen revueltas en el PSOE de Zaragoza capital. Con un grupo municipal dividido, la última tormenta en el horizonte es una operación orgánica contra un concejal electo enfrentado con la portavoz, Lola Ranera: Horacio Royo tendrá como rival en la agrupación de El Rabal a un asesor municipal, Eduardo Cariñena. Este movimiento interno, tras el que distintas fuentes apuntan a que están la propia Ranera y el enlace en Zaragoza con la dirección regional, Fernando Gimeno, va a crispar aún más un clima interno ya de por sí muy complejo a raíz de la renovación vivida por el partido en Aragón.

La operación se ha ido urdiendo en las últimas semanas y, debido a sus particularidades, trasciende a un simple proceso de elección en una agrupación local. Cariñena es desde hace ocho años secretario de Organización en el territorio en el que Royo –próximo a Carlos Pérez Anadón– es secretario general. Ambos eran hasta ahora muy cercanos, pero el contexto de cambios en el partido y finalmente el hecho de que vayan a ser con gran probabilidad rivales en las primarias ha terminado por distanciarles. A eso se une que la propia Ranera forma parte de la agrupación del Rabal –adonde llegó tras la fusión de La Jota, en la que se encuadra la portavoz–.

A falta de confirmarse ambas candidaturas, lo que es seguro es que el clima interno en el grupo municipial irá a peor. La situación es especialmente delicada desde que la portavoz, alineada desde hace años con Javier Lambán –quien la mantuvo como portavoz en 2023 pese a las voces que pedían su relevo–, hizo público a finales de enero que pasaba a apoyar a Pilar Alegría. Eso enfrentó a Ranera con sus hasta entonces aliados en el grupo, pero sin embargo no contribuyó a acercarla a los concejales enfrentados con el exdirigente ejeano.

Ranera ha negado a este periódico que haya jugado un papel en la operación orgánica: “Absolutamente nada”, ha señalado. Sin embargo, distintas fuentes confirman que ha habido distintas reuniones para concretar este paso en las últimas semanas. También ha participado el veterano Gimeno, que controla la agrupación de Oliver-Valdefierro (a la que pertenece la propia Alegría) y que es el principal enlace en Zaragoza capital con la dirección regional del PSOE.

Este periódico ha recabado numerosos testimonios de los socialistas zaragozanos y, aunque los puntos de vista difieren, todos confluyen en un punto: va a ser un proceso “doloroso”.

Los dos principales protagonistas evitan entrar en la pugna. “Estamos trabajando para que haya un acuerdo. Llevamos semanas tratando de buscar espacios que eviten una confrontación que es mala para el partido”, explica Horacio Royo. “Voy a estar donde los mis compañeros quieran que esté, es la hora de trabajar para recuperar la ciudad de Zaragoza desde un proyecto socialista”, apunta por su parte Eduardo Cariñena.

“Yo soy militante y no me presento. Todo militante que dé el paso, ya sea asesor, concejal o consejero, tiene el mismo derecho”, sostiene Lola Ranera, quien sí destaca que Cariñena “lleva ocho años como secretario de Organización con Horacio Royo y otros cuatro antes en la Jota”. La portavoz asegura que el único objetivo que tienen es “recuperar la Alcaldía”. “Para eso se necesitan equipos fuertes y los militantes tendrán que votar”, señala.

“Dos años muy largos”

Una fuente municipal socialista explica desde el anonimato que tenía confianza en que no se produjese esta división, que desde su punto de vista “va a romper el grupo”. “Yo pensaba que que no se iba a dar, que (Cariñena) iba a acabar dando marcha atrás. Que alguien se daría cuenta de que esto es un depropósito, que un trabajador del grupo vaya contra un concejal”, dice, y resume: “Quedan dos años muy largos hasta las elecciones”.

En su misma línea, un afiliado en el Rabal que es cargo en el partido considera “un desagradable error” la candidatura alternativa: “No es el momento de que en las agrupaciones nos hagamos el harakiri”, valora. Y apunta hacia arriba: “Cualquier se puede presentar, la cuestión es que no ha sido Cariñena el que ha decidido; es una maniobra”, añade. Y lamenta que el “buen ambiente” que desde su punto de vista hay en la agrupación del Rabal, donde “siempre se discute todo abiertamente”, puede acabarse. Por eso, pide a las partes “consenso”.

Otro integrante del mismo territorio ve sin embargo natural la candidatura del asesor municipal porque, en su opinión, Royo “no se ha ganado a la gente” en estos ocho años como secretario general.

Finalmente, el responsable de otra de las agrupaciones socialistas en principio no alineadas con ninguno de los dos se pregunta que “dónde está escrito que no pueda haber oposición”. “Si no, ¿para qué están las primarias?”, cuestiona. Y lanza este análisis: “El viejo partido inmovilista ha pasado a la historia, ya no hay un partido rígido que controle las estructuras y los movimientos internos”.

Aunque la asamblea para renovar la agrupación estaba prevista para esta semana, al final la convocatoria se retrasará a después de las fiestas del Pilar, lo que puedo ayudar a las partes a llegar a un acuerdo, algo que hoy por hoy se antoja improbable.

La del Rabal será la única asamblea en la que haya más de un candidato en la capital aragonesa y, por eso motivo, será una de las últimas en celebrarse. En Centro I, hace diez días fue reelegido Alfonso Gómez Gámez, que aún está suspendido de militancia tras aparecer supuestamente su nombre en los audios del caso Koldo.