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Caos en Santa Brígida

En Santa Brígida tardarán en olvidar el encuentro que enfrentó este domingo al equipo de la villa con el Celta B. En el minuto 89, los locales ganaban por 1-0, pero, tras el empate del conjunto gallego y, posteriormente, unas incomprensibles decisiones por parte del colegiado tinerfeño Acosta Lorenzo, los verdiblancos pasaron de conformarse con un botín de un punto a recoger un cofre vacío. La derrota por 1-2 escoció, y mucho. Además, el árbitro de la contienda terminó expulsando por graves insultos a tres miembros del cuerpo técnico del cuadro grancanario, entre ellos a Toni Cruz.

El Celta B se presentó en Gran Canaria con la baja del máximo realizador del Grupo I de la Segunda división B, el ex futbolista de la UD Las Palmas Goran Maric. El Villa de Santa Brígida no tardó en exceso en encarrilar el encuentro, ya que un tanto de Gustavo en el minuto 25 abría la lata y adelantaba al equipo anfitrión en el marcador.

Con este resultado llegaba el encuentro hasta el minuto 89, el principio del fin para los satauteños. Con el choque a punto de expirar, Iago Castas resolvió con la testa una jugada del cuadro visitante -nacida de un córner- para firmar tablas.

Escasos segundos después comenzaría la colección de desatinos del trencilla. Un saque de esquina a favor de los anfitriones acabó con el esférico en el fondo de las mallas, jolgorio en las gradas y alegría en los componentes del cuadro verdiblanco. Pero, en un instante, se pasó de una desbordada felicidad a la pesadumbre. El asistente levantó la banderola ante la sorpresa de los locales, que se dirigieron hasta su posición para pedirle explicaciones a la anulación del tanto.

Con casi todos los futbolistas del Santa Brígida reclamando en la banda al auxiliar, el equipo gallego aprovechó para montar una contra en la que se vio con una superioridad numérica bastante ventajosa. Sin embargo, José Carreño, único defensor que quedaba entre los jugadores del Celta B y el meta satauteño, se tiró a ras del césped para birlar de forma limpia el balón a Dani Abalo. Acosta Lorenzo, en ese momento, se dirigió hacia el punto fatídico para señalar la pena máxima.

Los miembros del Villa de Santa Brígida no sólo protestaron por entender que el defensa no cometió falta, sino que, para más inri, la acción se había desarrollado fuera del área. Ricardo Álvarez, sobre el minuto 90, no perdonó desde los once metros y trasladó el alborozo a la expedición celtiña. 1-2, nadie en el Municipal de Guiniguada se creía que lo que acababa de ocurrir formaba parte de la realidad.

El colegiado de la contienda reflejó en el acta graves insultos por parte de algunos miembros del cuadro técnico local, además de amenazas de algunos aficionados, que podrían tener serias consecuencias.

“Fueron expulsados el preparador físico de la UD Villa de Santa Brígida, D. Guillermo Tomás Suárez Naranjo, y el encargado del material del mismo club, D. Miguel Benítez Díaz -también realiza funciones como segundo entrenador-, ambos en el minuto 89, por rodear a mi asistente y decirle: 'Que hijos de puta son, váyanse de aquí cabrones, golfos de mierda, sinvergüenzas', en repetidas ocasiones, entrando en el terreno de juego, sin control y acercándose a mí, repitiendo 'eres un hijo de puta'. Por otro lado, al concluir el encuentro, el entrenador Antonio Cruz Cardenes entró en el terreno de juego y me dijo, a 10 centímetros de mi cara: 'Eres un cabrón, hijo de puta, no vuelvas más aquí cabrón'. A su vez, varios aficionados del Villa de Santa Brígida nos rodearon y nos amenazaron de forma continuada, estando entre ellos el encargado del material, D. Miguel Benítez Díaz, diciéndome: 'Te voy a partir la cara hijo de puta', teniendo que ser sujetado por varios dirigentes de su club, cuando estaba a escasos metros de mí”, añadió el colegiado en el acta.

Tras la conclusión de la decimosexta jornada, el Villa de Santa Brígida queda instalado en la posición undécima con 21 puntos. Los verdiblancos visitarán la próxima semana en Pasarón al Pontevedra, cuarto clasificado.

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