El Tenerife pierde en Anduva la atención y los puntos

Aitor Sanz ríe tras ser expulsado

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El Mirandés ganó al Tenerife como debía y recordó a su contrario las obligaciones de los equipos de Segunda, más si aspiran al ascenso: la más importante no desatender los duelos para impedir la segunda jugada. Y por el camino, el resto del manual: no conceder el medio juego, no alargar las líneas como no achicarse, no perder las posiciones... Falló en todo eso el Tenerife y dejó hacer a un equipo de chiquillos que no aparenta su mala clasificación y camina hacia una salvación cómoda de la mano de Joseba Etxeberria. Tanto erró y tanto concedió el grupo de Ramis que el 2-1 puede aparentar hasta poca renta para los locales.

Desconectado de sus deberes, la derrota en Anduva podría terminar por ser el partido trampa que al cabo de la temporada impida al Tenerife luchar por el ascenso directo. Se verá. Este sábado prescindió el técnico de Bermejo –justo cuando venía de hacer las dos faenas más completas del curso–, tiró de partida de Rubén Díez para sentarlo al descanso y acabó –ya expulsado Aitor Sanz luego de un partido de grises– con Mario y Gallego desconectados de una línea de medios menguada, porque eligió Ramis jugar con cuatro en la zaga los últimos veinte minutos.

El Mirandés sí que cumplió con lo que venía obligado. Metió al Tenerife en su campo en un cuarto de hora eléctrico –liberado Hassan para caer por la derecha, liberado Imanol para proyectarse por la izquierda, inmenso Oriol Rey, como todos los suyos, haciéndose con las pugnas…– y encontró el premio con una segunda jugada. Cayó la enésima pelota dividida para Imanol, ahora encarado en la frontal, se la preparó para la pierna mala y le salió un tiro de derecha que se comió Soriano porque lo vio venir tarde y cuando lo vio creyó que no cogía puerta.

El 1-0 ni despertó al Tenerife ni amansó al grupo de Extebe. Siguió a lo suyo al Mirandés y sin balón que jugar el Tenerife, desconectado de Elady y Mario, cuando no desconectado Elady del resto. Llegando con retraso a las entregas, le salvó antes por el camino León de un balón envenado a Camello en el área chica, pero el delantero no falló para aprovechar el balón que le cayó al pie, devuelto por el larguero, tras un esdpléndido tiro libre de Imanol, ahora sí con su zurda.

Dos goles abajo, puso un punto más de aplicación el Tenerife para recordarse que cuando es intenso en su propuesta generar asociándose. Le dio la fe, así, para pelear los minutos de alargue antes del descanso –un buen cabezazo pero forzado de Mario–y se pudo redimir Elady de un error grosero (m.45) en el que mal resolvió una conducción espléndida que le plantó habilitado ante Lizoain tras asistirle Rubén. Dos después de cumplido el 45, le ganó la espalda a Jorge y ya no perdonó.

Ramis solo esperó al entretiempo para sentar Álex Muñoz por Pomares y para convenir que Rubén Díez parece un futbolista más de toque que choque y más de relevo que relevado. Apareció entonces Shashoua, pero cambió nada el partido porque el Mirandés solo tardó diez minutos en recuperar la fiereza en lo que el Tenerife se atascaba en como en sus peores tardes. Intrascendente Michel, sin igualar los espacios que cubre Corredera y siempre en ese punto de suficiencia cuando juega de cinco que tan poquito casa con encuentros de choque y pelotas divididas; como insípido Gallego, obligado a competir por el gol con Mario en una sociedad que no luce como la más adecuada.

Para cuando entró Andrés para añadir más criterio, el Tenerife ya jugaba con diez y ya dudaban hasta los centrales. Antes (m.60) le había salvado el VAR (con razón) del 3-1, una espuela de Íñigo Vicente en fuera de juego tras otra falta concedida demasiado cerca de su puerta. Y después la madera, rebotando un remate de Sergio Camello (m.73) al larguero con Soriano vencido. Y el línea acertando al ver fuera de juego (m.75) en otro no gol de Íñigo Vicente tras habilitarle el propio Camello, delantero dotado e incordio.

No renunció al esfuerzo el Tenerife. Cayó mucho cerca de Lizoain, forzó un córner detrás de otro, remates a pares (Mario, Andrés…) y hasta lo intentó Michel con un tiro libre desde las antípodas (m.81) que cogió vuelo sin caída. Como tanto sucede cuando media la urgencia, una traca sin fuegos artificiales y una derrota hiriente de un grupo que puede permitirse casi todas las carencias mientras no juegue sobrado. Que fue lo que pasó.

(2) CD MIRANDÉS:  Lizoain; Carreira (Iago López, m.81), Capellini, Jorge Sáenz, Imanol; Oriol Rey (Garrido, m.46), Meseguer (Martín Calderón, m.81); Hassan (Álex López, m.67), Íñigo Vicente, Riquelme; Camello (Marqués, m.84).

(1) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Sergio, José León, Alex Muñoz (Pomares, m.46); Mollejo (Enric Gallego, m.66), Aitor Sanz, Corredera (Michel, m.66), Rubén Díez (Shashoua, m.46); Elady (Andrés, m.80) y Mario.

GOLES: 1-0, Imanol (m.18). 2-0, Camello (m.33). 2-1, Elady (m.45+2).

ÁRBITRO: Dámaso Arcediano Monescillo (Comité castellano-manchego). Expulsó a Sanz (m.73) por juego violento. Amonestó a Oriol Rey (m.9), Camello (m.51), Riquelme (m.51), Meseguer (m.79) y a los visitantes Rubén Díez (m.19), Sergio (m.51), José León (m.65).

INCIDENCIAS: Partido de la 29ª jornada de LaLiga SmartBank 21-22, jugado en el estadio de Anduva. 2.634 espectadores.

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