La campeona de Europa de waterpolo que solo puede competir con chicos
Cuando la niña Elena Domínguez García se abocó a la práctica del waterpolo porque el cupo para hacer natación en Los Realejos, su pueblo natal, estaba cerrado, nunca pudo imaginar que unos años después acabaría siendo campeona de Europa de selecciones cadetes celebrado en Kirishi (Rusia).
A sus 14 años, Elena se hizo el pasado fin de semana con el primer título continental de la historia formando parte de un equipo femenino, justo lo que no ha hecho durante la temporada, ya que la falta de practicantes de su sexo le obliga a competir habitualmente entre chicos dentro de la disciplina del CN Reales de su localidad.
Ya sea en el puesto de boya o en el de interior, Domínguez (nacida en 2004) llamó la atención de los técnicos de la Real Federación Española de Natación (RFEN) por sus condiciones. “Me dicen que soy más fuerte que ellas porque a la hora de competir con chicos se juega distinto”, confesaba en marzo pasado en una entrevista con la Televisión Canaria, cuando llamó la atención por tener que jugar en una liga de varones por la falta de deportistas femeninas en su modalidad.
Pero lo que a priori era un impedimento, a Elena Domínguez le ha servido como estímulo añadido. Tanto que su progresión le llevó primero a estar en la órbita del CN Sabadell — una referencia en el waterpolo femenino nacional, “ese equipo es como la selección”, afirma la campeona canaria— y luego a ganarse un sitio con el equipo nacional cadete, con el que se proclamó campeón tras derrotar por penaltis (13-14) a Rusia en la final, gol incluido de la realejera.
Domínguez ha roto todos los moldes de la natación insular. En un deporte donde la presencia femenina es notable en las especialidades de natación —cantera, además, de sobresalientes exponentes en salvamento y socorrismo—, natación artística y aguas abiertas, su accidental elección le ha abierto camino.
Puede, además, que a partir de ahora, se convierta en un referente que anime a otras niñas a seguir sus pasos. Mientras, seguirá haciéndose un nombre entre varones. Un contratiempo, en su caso, bendito.