El Tenerife vuelve al trabajo con el lastre de las lesiones
El Tenerife inició este martes la preparación del partido del próximo sábado contra el Deportivo de La Coruña con numerosas ausencias fruto de la plaga de lesiones que padece el conjunto chicharrero en este primer tramo del campeonato liguero.
No estuvieron sobre el césped del Mundialito Ricardo, Marc Bertrán ni Manolo Martínez, aunque éste último recibió tratamiento de fisioterapia, mientras que Juanlu Hens volvió a trabajar aparte junto al readaptador físico del Tenerife.
Quien ya se ejercita como uno más es el central José Antonio Culebras, quien parece haber completado el proceso de recuperación de unas molestias en un pie.
Habida cuenta de las numerosas bajas, el entrenador blanquiazul, José Luis Oltra, echará mano durante estos próximos días del filial de Segunda B.
Los primeros beneficiados de esta medida son el portero Toño Ramírez, quien ya ha trabajado varias veces con el primer equipo, y el centrocampista Julio de Dios, quien se estrenó este martes.
Julio de Dios reconoció en rueda de prensa que “nadie se podía imaginar” que fuera a trabajar con el equipo profesional del Tenerife tan pronto, cuando apenas han transcurrido cinco jornadas del campeonato.
“Ha sido una grata sorpresa”, concedió el volante blanquiazul, quien afrontará “con la máxima humildad” el periodo que José Luis Oltra estime oportuno para que permanezca en el primer equipo.
Se propuso “aportar y ayudar todo lo que pueda” durante su estancia y reveló que Oltra le ha dicho “que esté tranquilo y haga lo que sé. Que me sienta como uno más de la plantilla y no me ponga nervioso”.
Julio de Dios se describió dentro del campo como “un chico trabajador, humilde, que mira por el equipo” y que su principal aportación es “luchar y robar balones. No soy nada del otro mundo aunque algo sé hacer con el balón”, bromeó.
Por lo demás, dijo estar “muy contento” en el equipo filial, pues ha iniciado la temporada mejor de lo que pensaba al tener en cuenta la juventud de la plantilla de Alfredo Merino y la dureza de la Segunda B.