El bananerismo flambeado

Mas héte aquí que se descuelga la Fundación BBVA con un estudio (Las balanzas fiscales de las Comunidades Autónomas con la Administración Pública Central. 1991-2005) que nos coloca en la siempre molesta tesitura de averiguar quién miente; o quién dice menos verdad, si me pongo fino. El caso es que el estudio deja caer las cifras de cada Comunidad de las que incordios como Laura Docampo, que se entretuvo en analizar los datos, suelen sacar conclusiones.

Resumiendo: Canarias es una de las diez comunidades más ricas, según su PIB per cápita. Sin embargo, también es la que menos aporta a la financiación del Estado con sus impuestos, sólo por detrás de Navarra, y la que más fondos por habitante recibe de ese mismo Estado. Por cada siete euros que da un canario en sus impuestos, el Estado le devuelve diez. Cada isleño aporta al año vía impuestos 3.765 euros y recibe 5.309; sin anotar los céntimos que cuentan lo suyo en pesetas. Esta diferencia entre ingresos y gastos presupuestarios en el periodo 1991 y 2005 arrojó un saldo favorable a las islas de 1.544 euros per cápita. En definitiva: corresponde a ATIcc la menos verdad.

No identifica el estudio quiénes son las cápitas beneficiarias de que las cápitas del montón no se enteren de la existencia de ese dinerillo. Eso es tarea de juzgado de guardia y sabido es cuan lenta es la justicia.

Si a esto añado otra información, que también tomo prestada, sobre los cuartos llegados de Bruselas a través de las compensaciones RUP por sobrecostes y la elevada tasa de cofinanciación de proyectos, queda en mayor evidencia el victimismo paulinés adornado con engrifamientos rompetechos y afectadas indignaciones propias del bananerismo en su versión más flambeada.

Y para mayor flambeo, el matutino santacrucero que ya saben volvió a editorializar su amor a los canariones: propone evitarnos apurar el cáliz de la refundación de ATIcc, que se haría sólo en Tenerife y su provincia, más Lanzarote y Fuerteventura. Favor por el que quedaremos profundamente agradecidos, qué voy a decirles.