Por ellas

Por la autoestima pisoteada. Por los programas de televisión que han frivolizado con sus vidas. Por la vergüenza que han pasado. Por las lágrimas que han tragado. Por las gafas de sol para taparse los ojos morados. Por las mentiras que han contado para esconder las agresiones.

Por las muertas. Por las vivas. Por las lágrimas tragadas. Por el llanto de sus hijos y sus hijas. Por la sangre derramada. Por el horror acumulado. Por los silencios cómplices. Por las pisoteadas en las Rehoyas y en Ciudad Jardín. Por las machacadas por el marido obrero y por el marido empresario. Por las perseguidas por los ex novios. Por las amenazadas por los ex maridos. Por las señaladas con el dedo. Por las miradas con compasión.

Por la sonrisa perdida. Por los años en una jaula de oro. Por el miedo al ruido de la cerradura. Por las noches sin dormir. Por los vecinos sordos. Por los amigos ciegos. Por las ventanas cerradas. Por las incompresiones ajenas. Por el espacio vacío. Por el hombro en el que no se apoyaron.

Por la chica de Qatif, una joven de 18 años que después de ser violada, ha sido condenada porque el día de la violación estaba con un amigo con el que no tenía parentezco, algo que constituye un delito en Arabia Saudí, donde gobierna una monarquía feudal. La muchacha de Qatif ha sido condenada a 200 latigazos y 6 meses de cárcel en un país amigo de Europa y Estados Unidos a pesar de que sus leyes pisotean a las mujeres.

Por las sentencias injustas. Por las condenadas a muerte. Por las condenadas en vida. Por los alejamientos violados. Por las declaraciones humillantes. Por la falta de pruebas. Por la falta de protección. Por los años de espera. Por los siglos de injusticia.

Por las esclavas del hogar. Por las acosadas en el trabajo. Por las apaleadas. Por las perseguidas por nacer en un cuerpo masculino. Por el sexo reprimido. Por las ablaciones. Por las lapidadas. Por las palizas humanas. Por los castigos divinos.

Por las asiáticas secuestradas. Por las africanas explotadas. Por las europeas golpeadas. Por las indígenas ignoradas.Por Conchi, por Guacimara, por Ana, por Carmen, por Svetlana, por Teodora,? Por la maltratada físicamente. Por la maltratada sicológicamente. Por la maltratada socialmente. Por ti, querida lectora, si tienes la desgracia de estar en esta dolorosa lista.

Por ellas. Porque nacimos gracias a ellas. Que la fecha de ayer sea el último día contra la violencia machista. Que el año que viene en Canarias y en el mundo la violencia sexista solo la conozcamos en los libros de historia. Por ellas. Por lo que han aguantado. Por la vergüenza que sentimos por pertenecer a la misma especie que los maltratadores. Por ellas van estas líneas que no reparan el daño, pero que quiero que sirvan de homenaje para pagarles la gran deuda que todos tenemos con ellas. Por ellas?

Juan García Luján