Carta a los amigos de Marruecos

El rey de España tiene una oportunidad excelente para demostrarnos a los que estamos hartos de pagar varios millones de euros al año para los gastos de la familia Borbón, a los que consideramos impresentable que los diputados no tengan acceso a los gastos de la Casa Real que vive del presupuesto público, por primera vez no le pedimos que se vaya, sino que nos demuestre que tanta amistad pasada con Hassan II y tanta cercanía con su hijo Mohamed VI sirve para el Jefe del Estado español participe públicamente en las gestiones del Reino de España ante Marruecos y solicite a Marruecos que cumpla la legislación internacional y permita que Aminatu Haidar pueda regresar a su tierra.

El primer viaje internacional de Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno fue a Marruecos. El presidente español quería demostrar que hay que llevarse bien con los vecinos, que los conflictos no se solucionan mandando legionarios a Perejil. Con el caso de Aminatu Haidar el ejecutivo estatal tiene una oportunidad de demostrarnos que vale la pena llevarse bien con Marruecos.

El problema es que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, no se creía la huelga de hambre de Aminetu. Por eso la trató con desprecio los primeros días. “Debería tener algo de respeto a las autoridades que le están permitiendo defender su causa, que es perfectamente legítima. Le pediría que tuviera un comportamiento similar al que tiene el Gobierno español”. En esas mismas declaraciones del pasado 18 de noviembre en la cadena SER el ministro justificó la expulsión de Haidar “porque se negó a cumplir los trámites administrativos que exige Marruecos”. A ese discurso de los primeros días se sumó con entusiasmo Jerónimo Saavedra, el alcalde capitalino nunca había mostrado un apoyo tan grande al gobierno de Zapatero, y pidió a Aminetu “que debe respetar la legislación internacional”.

Ayer Agustín Santos , jefe de Gabinete de Moratinos, reconoció por primera vez que Marruecos cometió una ilegalidad al dejar sin documentación a una ciudadana residente en el Sáhara Occidental. Está tardando Saavedra en apoyar al Ministerio de Asuntos Exteriores ¿o sólo lo apoya cuando miente en relación al Sáhara? Saavedra también tiene una estupenda ocasión para demostrarnos que su amistad con la monarquía de Marruecos sirve para que evitemos que una mujer reconocida internacionalmente no se nos muera en el aeropuerto de Lanzarote.

Luego tenemos al cónsul de Marruecos en Canarias. Su rueda de prensa del miércoles debe ser el mayor estímulo para Haidar. Abderrahman Leibek llamó “traidora” a Aminatu Haidar. Es como si Berlusconi te llama delincuente o si Hitler te llama asesino. El cónsul fue militante del Frente Polisario, es saharaui, estuvo viviendo en los campamentos de Tinduf, refugiado junto a miles de saharauis que huían de la represión de Marruecos.

En los últimos 30 años la monarquía alaui ha invertido mucho dinero para comprar a saharauis, para hacerlos cambiar del bando oprimido al bando opresor. El dinero no ha podido comprar la dignidad en miles de casos. Sin embargo Leibek es una deshonrosa excepción. Por eso Haidar y los suyos deben sentirse orgullosos de que el cónsul la llame traidora. Llevo tiempo solicitando una entrevista al cónsul en la radio. Su responsable de prensa me dijo el lunes que ayer jueves me haría declaraciones. Ayer me dijo que ya lo había dicho todo en la rueda de prensa. Yo lo seguiré esperando, con las armas de la palabra, no con las que usa su gobierno en el Sáhara Occidental.

La salud de Aminatu Haidar se resiente. Sus enemigos están desplegando todos los medios posibles para desprestigiarla. Pero frente a las estrategias de la mentira y la propaganda está la verdad de una vida entregada a una causa, de una lucha pacífica, de una resistencia con dignidad frente a los que la quisieron comprar después de torturarla y golpearla durante cuatro años. Si muere Haidar, también puede morir la esperanza de todo un pueblo que ha creído durante 30 años que la soberanía de un territorio ocupado violentamente (contra decenas de resoluciones de la ONU) se puede lograr de forma pacífica.

Otros artículos en el blog Somos nadie

Juan García Luján