Espacio de opinión de Canarias Ahora
Corazones y burdas economías
La Consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias alegó, sabiamente: “Motivos de calidad y no económicos”. Lo patético de estas declaraciones, al margen de su contradicción, es que nos traten de memos. Que la población en general, por no manejar las cifras presupuestarias ?que en definitiva, no hacen otra gestión sanitaria las representantes?, seamos legos espectadores pasivos de sus burdas cuentas administrativas. La salud de estos infortunados niños, muy poco les importa. Para que los cálculos les cuadren, sacrifican la cura de estos enfermos, y salvar sus vidas, en la Comunidad, y les hurte este inalienable derecho a la salud.
La calidad sanitaria no puede estar, Sra. Consejera, en un largo viaje al hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, para unos delicados enfermos de tantos cuidados. Que para colmo de males, el avión medicalizado (único existente en el archipiélago), tiene un costo de 18.000 ?. Y además, obligatoriamente debe hacer una parada técnica en Sevilla. Igualmente, tendrán que sufragar en el hospital correspondiente, los servicios de los sanitarios y el desplazamiento de sus familias. Con las molestias acarreadas e inasistencia a sus trabajos, por parte de los padres. Lamentable solución la pretendida, que para esta ordenación en la Administración, no se necesitan Consejeros. Ahora lo intentan con trasladar los casos más graves. Seguiremos como dependientes, con una sanidad de colonialismo.
¿No es más costoso el traslado; pagos de servicios hospitalarios; y otros, que mantener operativa esta planta para todos casos de cardiología de Canarias? ¿Por qué no ha recabado, Sra. Consejera, la información y experiencia de todos los profesionales y padres afectados, antes de tomar tamaño desatino? ¿Con qué asesoramiento cuenta Vd. o son ocurrencias de un momento de luces?
Ha generado Vd. una incomprensible congoja y violencia contenida en los sufrientes enfermos, especialmente en los padres y madres, los profesionales y la misma sociedad, que perpleja, se sentía también herida. Para luego retrotraerse ante la evidencia de tal majadería, y continuar con la planta sanitaria abierta, en eficaz servicio a la salud.
El uno de enero, tenía previsto el cierre definitivo en Cirugía Cardiaca del Materno. Los cirujanos extranjeros, en préstamo de servicios en ese centro de cardiopatía, tendrían que regresar a sus centros hospitalarios, como es el profesional de San Donato, en Milán. Quien debe haber dejado una huella profesional y formado a futuros especialistas. Es mucho menos gravante, el tener a un cirujano de otro centro, que desmontar una planta que tanto ha costado, en todas sus instalaciones técnicas y formaciones profesionales y humanas.
La calidad hospitalaria no se arquea por el número de operaciones, para que sea ¿rentable?? Desde cuándo, la salud pública se mide por sus réditos económicos. Si el número de asistencias quirúrgicas actuales es de once, ¡afortunadamente¡ No se pude hacer un estúpido balance con otros centros, que cuenta con 3.000 intervenciones , para que se obtenga la 'calidad', que estima, excusadamente, la Consejera. Este dato se entresaca de grandes poblaciones, como Madrid, Barcelona o Milán; pero en Canarias, con menor población, las cifras no son la coartada para el intento de desmantelarlo tan vilmente. Los datos corroborados, enumeran que solo tiene el 4% de mortalidad, el más bajo del país. Un excelente testimonio para presumir y hacerles reflexionar.
Como si el número de operaciones, son solo dos, al año. Lo importante, y la obligación de la Sanidad Canaria, es tener atendida a la población enferma, en un centro de salud con todos sus servicios. Es un derecho adquirido, luchado y logrado por el bienestar de la salud, como personas. Jamás puede ser una inversión sanitaria, de rendimiento monetario, por fríos cómputos administrativos. Las instituciones públicas no se dirigen como negocios. Es el resultado de la obligación de tributos al fisco que todos costeamos, y el derecho resarcido a tener una sanidad digna, de atención permanente y de exquisita calidad.
Esta planta de Cirugía Cardiaca, debe ser compatibilizada con otras intervenciones de adultos (como ahora también se pretende); con la existencia de concordatos con otros países del entorno (como se estuvo atendiendo a niños senegaleses), etc. No agrave Sra. Consejera el penoso drama que sufren estos niños de cardiopatías y el de sus padres. Ponga su nívea mente a pensar. Está en esa Administración para buscar soluciones positivas para la salud de todos los enfermos. No sea Vd. un problema más. Y si no es eficiente para el cargo, abandónelo con dignidad.
Todo este asunto se ha convertido en agua de borrajas. Si Vd. ha actuado ahora, retractándose, porque se haya creado una alarma social, es Vd. una incompetente supina, que administra la Consejería en base a efectos de reacciones sociales y titulares de prensa.
Pero no nos engañemos. Otro gallo hubiera cantado, si este centro hubiera estado en la órbita del anacrónico centralismo tinerfeñista de ATI-CC, se habrían buscado drástica soluciones que dieran “calidad y seguridad” que excusadamente alegaban, por estar en la isla picuda (como todo, allí capitalizado, de los bienes del Archipiélago). Pero con esta perversa fórmula de querer aniquilar la Cirugía Cardiaca Pediátrica del Materno, se pretendía seguir esquilmando los bienes y derechos a Gran Canaria. Aunque los diminutos ciudadanos cardiópatas de las islas, tengan que padecer los egoísmos y las penurias de una pésima gestión.
Teo Mesa
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