Vida y obras de Galdós en la muestra antológica ‘Benito Pérez Galdós. La verdad humana’

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En la Casa Museo Pérez Galdós se muestra una selecta antología de las obras más sobresalientes escritas por el egregio escritor canario, de las 127 obras que plasmó inspirativamente sobre los papeles novelados; y un análisis biográfico de su persona, desde sus primeros años de existencia hasta su duelo fúnebre en la capital del reino, el 5 de enero de 1920. Esta miscelánea expositiva llega a nuestra ciudad laspalmense después de haber sido exhibida en la Sala Recoletos de la Biblioteca Nacional en Madrid, el pasado noviembre de 2019 hasta mitad de febrero del presente (aciago) año 2020, con una asistencia de visitantes que superó las 70.000 personas. Está comisariada por el Catedrático Emérito de Literatura Española en la Universidad de Amsterdam, y erudito galdosiano Germán Gullón, y la escritora Marta Sanz Pastor, Doctora en Literatura Contemporánea por la UCM.

Muy bien estructurada está la muestra en toda la amplitud didáctica del recorrido, además del buen montaje realizado para este meritorio evento en memoria del insigne y grande escritor de talla mundial –más que reconocido–, al cumplirse el centenario de su fallecimiento. Acontecimientos que se han multiplicado exponencialmente en Madrid y Las Palmas, y en medios de comunicaciones escritas y de palabras de todo el Estado español, en homenaje a su excelsa labor literaria. Pero, sin embargo, hay que lamentar, que por la nefasta pandemia criminal y el confinamiento y preserva sanitaria, no se han logrado efectuar muchos otros actos predispuestos en este centenario proyecto, en laudable recuerdo de pleitesía y reconocimiento al creador literario. Muy a pesar de que haya sido tan anacrónico en destiempo el reconocimiento a tan grande figura, por ignorantes fanatismos de rebeldías políticas, cainismos ultrareligiosos y de la sociedad conservadora a ultranza. 

Hay que hacer especial mención a la muy acertada invitación, por parte de los comisarios de este evento, a distintos eminentes escritores nacionales: Almudena Grandes, Andrés Trapiello, Antonio Muñoz Molina, Elvira Lindo, Manuel Longares y Care Santos, quienes en unos audios con sus imágenes personales, disertan en sus alocuciones sobre los méritos y talento literario, y sobremanera, la importancia e influencia sobre los escritores de habla castellana que ha tenido su escritura e ideada creación a la aportación novelística de nuestro país, así como otras deducciones por ellos apreciadas, que desde su parecer privativo destacan del escritor canario. Rememoran que su influencia ha quedado subyugada en cualidad positiva e intelectual en temas, fondo y la forma en muchos de los escritores novelistas a postrer, habiendo sido el creador literario Pérez Galdós el substancial renovador de la novela hispana y más destacado del siglo decimonónico. Veracidad que también subrayan los comisarios de la muestra.

Se hace mención en el catálogo (digital en Las Palmas, de momento), los muchos han artículos que escribió Galdós en la prensa escrita de entonces. Era un entusiasta cronista del viejo Madrid, habiendo escriturado un ingente número de textos articulados sobre hechos sociales, políticos y de críticas de artes plásticas y musicales (ambas con conocimientos de causa en esas artes por él practicadas). Y en su relación con el mundo del periodismo, fue director de La Revista de España y del Diario El Debate. En articulados textos hizo en su ciudad natal sus primigenias incursiones en el rotativo capitalino El Ómnibus, con mordaces críticas en “Mi criado Bartolo y yo”, artículos donde ya preconizaba su talento literario para la escritura y la fantasía, en su juventud de 1862, antes de partir a la metrópoli capitalina central. “Estos textos periodísticos fueron el yunque donde se forjaron algunos rasgos del estilo de narrar galdosiano: el lenguaje hablado se combina con la descripción directa de los hechos o la expresión clara de las ideas.” escriben los comisarios. Todos estos articulados argumentos fueron el prologado ejercicio para su primera obra “La Fontana de Oro” (1870), –que en mi opinión es magnífica, máxime para su mocedad a los veintisiete años–.

Entre los muchos objetos exhibidos figuran: los manuscritos de sus novelas, las galeradas de las correcciones hechas por el autor, las novelas publicadas de muchas de sus obras literarias. Están presentes parte de las grandiosas obras de los Episodios Nacionales, y muchos de los dibujos que ilustraron sus páginas, algunos del propio don Benito, insertos en sus primeros tomos (obras plásticas que jamás las firmó). Y se presenta por vez primera en público, el gramófono con el que disfrutaba escuchando música clásica de sus preferidos Beethoven y Mozart (este aparato fue donado a la Casa Museo por sus parientes de la familia Verde, yerno de Galdós).    

En uno de los capítulos seriados del catálogo no se podía obviar el dedicado a la plástica, tanto de sus obras pictóricas que realizó desde muy joven en su ciudad natal, en dibujos al carboncillo, lápiz grafito –sobremanera–, y tintas chinas; y las pinturas al óleo y acuarelas que ejercitó in situ desde el natural paisajístico en Gran Canaria y Santander. Pinturas que no dejó de practicar del natural durante toda su existencia, hasta que la ceguera no se lo permitió. Galdós, por su par talento demostrado para las artes plásticas –creo, por todo lo estudiado personalmente de estas obras–, que hubiera destacado tanto como lo es de creador literato. Pero, le dio solo la importancia de ser pinturas de relax para su descanso mental y de buen aficionado, no de vocacional profesional del arte. Que lo hubiera sido, de proponérselo. También se muestran sus colecciones de arte de entrañables amigos artistas, como Joaquín Sorolla, con su magno retrato al escritor (y otro, este en fotos, que le pintara para la Hispanic Sociaty of America, de New York); presente está el busto de Victorio Macho, entrañable amigo de Galdós, pieza clave para la realización de todas las dedicadas al maestro; Aurelio Beruete, Arturo Mélida, etc. 

Se hace asimismo un repaso a todo el cine versado en sus obras, las cuales fueron adaptadas para los filmes, pero siguiendo el argumento del texto galdosiano en el fondo de sus temas escritos. Entre ellas cabe destacar: Viridiana, Marianela, Fortunata y Jacinta, Tristana, Doña Perfecta, etc., dirigidas por egregios directores: Buñuel, Pedro Olea, Mario Camús; además de grandes intérpretes: Fernando Rey, Francisco Rabal, Ana Belén, J. L. López Vázquez. Julia y Emilio Gutiérrez Caba, Victoria Abril, etc.; y sobre las tablas: Margarita Xirgu (entrañable amiga de Galdós), María Guerrero, José Bódalo, etc. 

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