El Partido Socialista al relevar a Arnáiz decidió enviar a la presidencia a un hombre de claro perfil político, que se maneja mejor en el partido que fuera del mismo, o lo que es igual, a un líder orgánico sin el atributo de líder empresarial o social. Emilio Mayoral se encontró, además de con una bancarrota, con un modus operandi en la toma de decisiones por la Autoridad Portuaria al dictado de los empresarios más influyentes del Puerto. Cuando las decisiones afectaban a algunos empresarios, la última palabra la tenían esos mismos empresarios. Restablecida la supremacía de lo político sobre lo privado, el imperio de la honestidad, lo siguiente era liderar a los agentes presentes en el Puerto y avanzar todos juntos. Pero no ha podido ser. La falta de una idea-fuerza, la ausencia de un modelo de desarrollo portuario de futuro estratégico y operativo ha derivado en crisis de liderazgo y de ahí al conflicto con los empresarios sin solición de continuidad. En el conflicto con Sestiba, los empresarios advierten de que no pagarán dispendios mandatados por los gestores políticos que tienen el control de la gestión, pero ocultan que ese dispendio y esos déficits se produjeron con el señor Arnáiz que, para sus trapisondas, tenía a los empresarios a piñon fijo, celebrando las gracias del gran gestor. Pero de eso a mentar a la Fiscalía va un recorrido que nunca se debió transitar. Y qué decir del organismo Puertos del Estado, de la ausencia de una conceptualización política que inserte a los puertos canarios en la red de Puertos del Estado. Ese organismo, del que dependen las autoridades portuarias, fue el que, en fechas recientes, cuando se anunció que 40 millones de euros de fondos europeos que la programación del gas no exigía ahora y podían pasar a la Autoridad Portuaria de Las Palmas para recomponer la pérdida de fondos europeos, derivada del recorte del Dique de la Reina Sofía, aceptó que 20 millones fueran para Las Palmas y 20 para Granadilla como pretendía el presidente Martín. Fue el consejero de Economía y Hacienda quien lo evitó y no la Autoridad Portuaria afectada.Emilio Mayoral es una garantía de honradez para este organismo, de eso no hay duda. Y es un hombre con habilidades políticas y para el diálogo, tampoco hay duda. Pero debe hacer un esfuerzo de liderazgo, poner a los empresarios del Puerto en otra disposición y ejercer con autoridad hacia adentro y hacia afuera las prerrogativas que la ley confiere a su cargo.