El debate de la SER

La trinca parlamentaria ATIcc-PP contra López Aguilar volvió a manifestarse en el debate radiofónico de ayer. Ni Bañolas ni Guerra fueron más allá de Paulino y Soria en la estela de Rajoy. Les preocupaba más mantener a raya a su oponente que explicar lo que nos gustaría saber: ¿para qué quieren ser diputados y qué harán cuando lo sean? Si Rajoy lo permite, claro, ya sea como presidente del Gobierno, ya como jefe de la oposición.

Por su parte, López Aguilar repitió el balance de los logros del Gobierno Zapatero que sus contrincantes negaron a pesar de figurar en el Boletín Oficial como leyes en vigor. No explicaron siquiera la razón de que el Gobierno canario no haya aplicado, a pesar de habérsele remitido los fondos, la ley de Dependencia, por poner un ejemplo. Los dependientes están así privados de un beneficio que les corresponde porque a ATIcc-PP no les interesa romper la imagen de Zapatero malo, que es la idea fuerza de sus programas.

Daba la impresión de que son Rajoy y Zapatero quienes se presentan en Canarias. Paulino y Soria saben bien que su porvenir político, por llamarlo de algún modo, depende de que Rajoy salga presidente y ese interés suyo se impuso a la dialéctica y la retórica de sus candidatos. También que la SER está tan imbuida del bipartidismo de hecho que no dispuso la confrontación con otras candidaturas. Ni siquiera con alguna, caso de Nueva Canarias (NC), que no entró en el Parlamento obteniendo en las autonómicas grancanarias más votos que CC.

En definitiva, debate fallido. Lo de menos era informar a los oyentes. Más bien trataron de desinformarlos con mentiras y demagogia. Por más, debe decirse también, que el debate reflejó la realidad de la política canaria y su preocupante deterioro representativo y democrático. Es lógico que el debate no diera de sí ya que no hay calidad política para otra cosa.

Critiqué que López Aguilar viniera al Parlamento canario; como le critico que se disponga a dejarlo. Una crítica política porque humana y profesionalmente entiendo que no quiera seguir aquí perdiendo el tiempo. Seguro que desde fuera hará más por las islas. Triste pero cierto.