Espacio de opinión de Canarias Ahora
El decreto de la ignominia
Imagínese que lleva usted trabajando en una empresa privada, que al fin y al cabo es lo que se pretende con los servicios públicos, durante quince años , la cual ha invertido en capital humano una cantidad considerable en tiempo y dinero para tener la maquinaria a punto; y de pronto, a un grupo de eunucos mentales con capacidad de decisión, se les ocurre hacer una prueba universal para ver quien se queda fijo, y que poco tiene que ver con la capacidad, el mérito y la igualdad de los trabajadores que la propia empresa formó; pero resulta que los trabajadores de la empresa no tienen el tiempo ni las neuronas, aunque sí la competencia, para estudiar porque se han pasado los años haciendo cursos para la empresa y trabajando horas extras, y claro, se les ha pasado el arroz y sacan menos calificación que los que tienen veinte años menos, mas tiempo para estudiar “el temario”?y menos obligaciones. La consecuencia es que sale el del saber práctico de la empresa y entra el que está por adquirirlo. Una zoquetería que no se sostiene, pero como los maestros , los médicos y enfermeras no “producen”, no hay problema?
¿Dónde radica la igualad, si el punto de partida es desigual?: El mundo al revés. ¿Ha pensado el gobierno en diferenciar los accesos?¿ Por qué en unas instituciones sí y otras no? Este supuesto sólo puede ocurrir cuando se entienden los servicios públicos desde una perspectiva mercantilista pues el decretazo - va a significar menos personal en los hospitales y un incremento en las listas de espera, el cierre de muchas escuelas unitarias, mayor ratio de alumnos por clase en nuestras escuelas y un deterioro de los servicios públicos en general“. Vamos listos.
Kiko GarcÃa
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