Espacio de opinión de Canarias Ahora
Entre la partícula de Dios y las cosas de la vida
Microagujeros negros y universos paralelos, donde somos los mismos pero con democracia real o yendo en pelotas a la ópera, se mezclan en una suerte más parecida a la ficción de Asimov que a la gravedad que nos mantiene, y que al fin y al cabo es lo que percibimos, la realidad individual?
Esta aventura científica tiene una inversión y no social precisamente. Según el propio CERN (centro europeo de energía nuclear, en francés) los gastos que supone el gran colicionador de hadrones empezaron en 1995 con una partida para su construcción de casi 2000 millones de euros, en el 2001 se incrementó en 480 millones, en el 2008 se aprobó para el CERN 660 millones de Euros y para el 2015 se pretende ahorrar como medida de austeridad 262 millones de los 1100 previstos. ¡Menos mal que se ha hecho un esfuerzo! A todo esto, sumando la inversión en la aventura espacial da la impresión de que en vez de invertir en investigaciones que beneficien a la humanidad, se busca donde no debe escarbarse, a no ser que se piense enterrar al vivo antes de matarlo. La ciencia debe tener como axioma un principio humanístico y un enfoque social, lo contrario no sería lógico y menos aún si hiciéramos cuentas de los costes que supone este tipo de investigaciones en relación con otras que sí tienen aplicaciones ecológicas, médicas, educativas etc, cuyos campos investigadores han visto reducido drásticamente las subvenciones .Los recortes sociales no se explican, teniendo en la mano la contabilidad en política formal, en defensa ,en ayuda a los bancos o en investigaciones que tratan de encontrar a “Dios” en un acelerador de partículas. No es por no ir, ¿pero ir para na??
Kiko GarcÃa
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