Desechemos la homofobia y la transfobia

La Comisión de Igualdad del Congreso de Los Diputados, por unanimidad, consiguió el pasado 7 de mayo elevar a las Naciones Unidas esta propuesta para su reconocimiento internacional

Siempre que hay que celebrar el día de? es porque existen auténticas carencias sociales en cuanto al tema. Odiar, despreciar, vituperar e incluso asesinar al homosexual, ha sido una práctica extendida a través de la historia, incluso en aquellos países que se autodenominan civilizados. Siendo hoy por hoy, pocos los países en los que la libertad sexual es plena y sus habitantes viven, respiran libremente, sin tener en cuenta para nada la condición sexual de cada uno.

En nuestro país -en estas dos últimas legislaturas- el vuelco que ha dado la vida de estos colectivos es enorme, principalmente por haber conseguido una igualdad y un ordenamiento jurídico pleno, que hasta el momento carecían.

Solicitar que este día, sea un Día Internacional no tiene otra finalidad que la de denunciar los comportamientos homófonos privados que existen en nuestra sociedad, pero sobre todo los comportamientos colectivos.

La nueva ley de Igualdad, está llegando a los centros educativos y me consta que salvo excepciones, el respeto a la diversidad sexual de los compañeros se ha convertido en algo casi totalmente asumido. A través de las familias y de la educación, nuestros jóvenes han avanzado aun más en nuestro país y todos esos chicos y chicas, que hasta hace muy poco pasaban auténticos terrores en sus centros de estudio, se sienten uno más y viven sin ningún tipo de fobias. Ahora bien, hay que cuidar que el miembro de cualquiera de estos colectivos no se convierta en un ser gracioso, marcado por un determinado estereotipo, ésa no es la reivindicación; lo verdaderamente serio es que cualquier gay, lesbiana, transexual o bisexual pueda vivir en nuestros pueblos y ciudades, sin ser señalado con el dedo, como un habitante más con sus deberes y derechos.

Se ha enfatizado el hecho de la transexualidad como el tema más importante a tratar este año, porque se ha convertido en fundamental desechar de la OMS la idea de que los transexuales son personas con trastornos mentales. A nivel nacional continúan teniendo auténticos problemas sanitarios para conseguir su identidad plena; en concreto en nuestro país sigue siendo una asignatura pendiente el cambio de sexo sufragado por la Seguridad Social.

La Unión Europea, como comunidad debe exigir a todos los países miembros y a los que están en vía de serlo, unas normas muy estrictas en lo que al respeto de estos colectivos se refiere.

Pero si en Europa el tema cada vez va a mejor; no podemos bajar la guardia. Son todavía muchos los países donde alguna determinada condición sexual es un delito que se castiga con cárcel o incluso con la muerte. Afganistán, Irán, Arabía Saudí, Sudán, Yemen? son algunos de ellos y los organismos internacionales deben luchar para que se corrijan de una vez por todas estas actitudes, siempre sabiendo que va a ser un trabajo muy difícil, pero imprescindible.

Una UE regida por la derecha ha sido bastante tibia en la exigencia a otros países de unas leyes de Igualdad dignas. No nos queda más que conseguir entre todos una Europa de izquierdas cuyo principal objetivo sea el respeto al ser humano cualquiera que sea su condición, raza o religión.

Exigimos una Unión Europea comprometida de pleno con la Igualdad

Carmen Dolores Coello