¿Dice algo el Consejo de Seguridad?

Mark Perry y Paul Woodward despejaron las dudas sobre cierta conspiración. El proyecto de acabar con el gobierno de Hamas fue elaborado después de formado el gobierno de unidad nacional. El documento, tan revelador como indecente y parcialmente filtrado por algunos medios de prensa, fue redactado por el general estadounidense Keith Dayton, el embajador de Washington en Israel, Dick Jones, y su cónsul general en Jerusalén, un tal Jacob Walles. ¿Objetivo? Fortalecer la presidencia palestina, pero hundir al gobierno de Hamas. Poco después, quizás en otoño, Abu Mazen convocaría elecciones generales. Los frecuentes viajes de la secretaria de Estado gringa Condoleezza Rice a la región, sin aparentes resultados, forman parte de esta conspiración destinada a quebrar cualquier avance palestino.¿Qué pretende la llamada comunidad internacional, incapaz de aplicar sus propias resoluciones? ¿Que millones de seres humanos permanezcan impasibles ante la demolición sistemática de su presente y su futuro? ¿Que los palestinos acepten sin recurrir a la resistencia en defensa de su vida, su tierra y sus derechos violados por Israel desde hace al menos 40 años? ¿Que cedan ante la utopía reaccionaria del Gran Israel, resignándose a vivir en cantones sin recursos y sometidos al dictado del ocupante? ¿Que paguen además los fracasos de Ehud Olmert, como la invasión de Líbano, un fiasco reconocido hasta por la comisión investigadora israelí Winograd? ¿Que los refugiados renuncien al regreso? ¿Que se pudran durante las próximas generaciones en campamentos del extranjero?Los miedos del Consejo de Seguridad se confirman, a pesar de lo cual no impone las resoluciones internacionales. Puede que mañana sea tarde. El conflicto de Oriente Medio va generalizándose precisamente porque la formación de un Estado propio digno de ese nombre va alejándose de las perspectivas de los ciudadanos asfixiados en su propia tierra ocupada ilegalmente. La radicalización política y militar acompaña a la frustración generalizada como si de su sombra se tratara. Pero la responsabilidad de esta crisis, endémica pero en ascenso, recae fundamentalmente en quienes la provocan, Israel, Estados Unidos y los pusilánimes europeos, con Javier Solana a la cabeza.Los palestinos han demostrado durante decenios a costa de sufrimientos insoportables un absoluto rechazo a capitular ante las pretensiones del Gran Israel a costa suya. Carezco de razones para suponer hoy una actitud muy distinta. El Consejo de Seguridad de la ONU debe intervenir, en primer lugar para proteger a la población. En segundo, para responsabilizarse de una salida política. Y dejen de escudarse en el peligro islamista (que alimentan con su política) para mejor cubrir el lento genocidio que están cometiendo contra el pueblo palestino.

Rafael Morales