Espacio de opinión de Canarias Ahora
Fascismo es lo que hay
Contra esta estrategia soriásica ya se han pronunciado algunos jueces denunciando tímidamente las presiones que sobre ellos ejercen determinados medios: no se atrevieron a aclarar a qué medios se referían ni a señalar en qué dirección les presionan. Más contundente fue el Sindicato Unificado de la Policía (SUP) al denunciar la campaña de los dirigentes peperos que persiguen a la Jefa Superior de Policía. Para el SUP, “lo que hacen es propio de presuntos delincuentes cogidos con las manos en la masa”.
Poco importa a los soriásicos que la denuncia contra sus mandos de los policías sospechosos fuera rechazada por falta de pruebas y de indicios razonables. Como tampoco les importa que los casos que les afectan no anden faltos precisamente de eso, de pruebas e indicios razonables derivados de las investigaciones policiales y pendientes de que los jueces las enjuicien. Poco les importa porque el objetivo no es el esclarecimiento de la verdad y que cada palo aguante su vela, sino crear confusión y procurar, con absoluto descaro y desprecio de los principios elementales de la convivencia, un ambiente propicio en el que presionar a policías y jueces para que los primeros dejen de investigar y los segundos resuelvan a favor de los encartados. Buscan la impunidad.
No sé si esta estrategia del PP dará sus frutos. Muchos piensan que sí, que mucha gente se cree lo que dice y están convencidos de que las terribles presiones de los dirigentes peperos forzarán a la Policía a mirar para otro lado y a los jueces a cerrar los ojos. El “acoso, la persecución y la difamación” a que están sometidos, según el SUP, puede hacer que los soriásicos se salgan con la suya y queden legitimados para continuar tan ricamente. El antecedente de La Favorita está ahí.
Han puesto las cosas en el punto en que si resultan condenados, no faltarán quienes consideren injustas las sentencias; y si salen con bien, otros pensarán que los jueces han cedido a las presiones. Poco importarán los fundamentos jurídicos de los fallos porque para qué tomarse la molestia de leerlos si están políticamente predeterminados. En cualquiera de los dos casos quedan malparadas la Policía y la Justicia.
Soria dañó primero al Ayuntamiento de Las Palmas y después al Cabildo de Gran Canaria y ahora contribuye de manera importante al descrédito del Gobierno y al desprestigio del Parlamento. Con Paulino cautivo y Antonio Castro Cordobez supeditado a los intereses del pacto de Gobierno, utiliza su cargo de vicepresidente para fortificarse y salvar el palmito de la peor de las maneras, o sea, atropellando a las instituciones que se le pongan por delante. Me pregunto cuánto tardará en quebrar la convivencia entre canarios sin que nadie se atreva a pararle las patas en esta especie de “golpe de Estado permanente” que es su política. La degradación de la democracia en las islas es alarmante y convendría comenzar a señalar con el dedo a sus responsables, por acción o por omisión, antes de que sea demasiado tarde.
Lo que ocurre poco tiene que ver con la mera lucha de partidos y cada vez se parece más a una situación prefascista. A ésta no la caracteriza sólo que haya fascistas gobernando sino el silencio y la inacción tolerante de los demás, de quienes los dejan hacer y hasta los justifican. La permisividad con comportamientos que atacan las bases de la convivencia democrática y pudren las instituciones que la sustentan ha provocado demasiadas tragedias durante el siglo pasado para que no identifiquemos los indicios y las consecuencias: ¿hay que recordar las actitudes de las democracias ante Hitler; o las de dirigentes del PSOE partidarios de entregar Madrid para aplacar a Franco cuando la guerra civil? Sé que no es políticamente correcto decirlo, pero fascismo es lo que hay y le plantamos cara o lo pagaremos caro.
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