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Garzón y el Sáhara
Hace unos meses, el entonces canciller marroquí, Mohamed Benaissa, y el presidente del fantasmagórico Consejo Real Consultivo para Asuntos del Sahara, Khalihenna Ould Errachid, realizaron una gira por América Latina. Durante su paso por Perú conversaron con un periodista del diario El Comercio de Lima. Dos respuestas merecen reproducirse aunque sean un poco largas para esta nota. Las preguntas hacían referencia a las denuncias por casos de genocidio de saharauis y a la posibilidad de que el juez Garzón encabezara la investigación.
A la primera, el canciller dijo que “no ha habido algún caso de ese tipo”. Ould Errachid pensó y habló así: “Son invenciones de la prensa que ni siquiera merecen respuesta. Marruecos es un país líder en África y en el mundo árabe en materia de derechos humanos. Es un país democrático, con partidos políticos, una sociedad civil, instituciones libres que protegen los derechos humanos y donde la expresión es libre y sagrada. Somos modelo de África en el tema”. Impresionante. ¿Investigará Garzón? El presidente del Consejo Real Consultivo mostró seguridad en su comentario: “Son invenciones de la prensa. El juez Baltasar Garzón no hizo declaraciones de ese tipo. La prensa puede dar informaciones verdaderas, pero también falsas por otras razones.”
Supongo que este personaje cerrará ahora el pico. Las diligencias ya están abiertas. Algunos de los requeridos siguen en altas funciones del Estado. Por ejemplo Housni Ben Sliman, señalado como el superior que ordenó y dirigió presuntamente la campaña de detenciones y posteriores desapariciones en Smara en el año 1976; entre otros fue el causante de la desaparición de Mohamed Salem Uld Hamid. Este general del ejército marroquí, máximo responsable de la Gendarmería Real, fue condecorado en 2005 con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica a propuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores y previa deliberación del Consejo de Ministros encabezado por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Como si Housni Ben Sliman fuera un desconocido en el terreno de las violaciones de los derechos humanos. ¿Acaso desconocían su implicación en la muerte bajo torturas en París del líder de la izquierda marroquí Mehdi Ben Barka? ¿Ha tenido el juez francés Patrick Ramael que cursar una orden de busca y captura en su contra el pasado 22 de octubre para que se enterara el señor Moratinos de a quien otorgaba esa supuesta distinción? ¿O lo sabía y decidió lisonjear a Mohamed VI de todas formas?
Emprender diligencias contra éste y otros jefes del Majzen marroquí representa un acto de justicia elemental y una ojeada obligada y crítica a la historia reciente de nuestros vecinos. Además, la autodeterminación del pueblo saharaui sigue sin resolverse según las leyes internacionales. Ahora está en juego la responsabilidad de los represores. Se trata de un juicio al régimen de Mohamed VI en materia de derechos humanos a partir de la ocupación ilegal de territorios ajenos. Por eso valoro positivamente esta iniciativa del juez Baltasar Garzón. Espero que conduzca este proceso iniciado hasta sus últimas consecuencias. Y que resista las presiones.
Rafael Morales
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