Gualdazul

La UD Las Palmas no mereció ascender. Un equipo que denuncia al Guadalajara en los despachos por una supuesta alineación indebida no es digno de jugar en primera división. Los ascensos se ganan en los campos de fútbol, no en los despachos. Los modestos guadalajareños nos ganaron justamente cuando visitaron la isla.

Al final se ha producido la paradoja de que el Guadalajara ha descendido de categoría en los despachos por asuntos extradeportivos sin que ello llevara a Las Palmas a primera.

El equipo amarillo, el club gualdazul, la udé, sigue en segunda división. El ascenso no fue posible porque aflojó en el tramo final de la competición y la suerte fue esquiva. Sin embargo, hizo una temporada irregular y no mereció subir.

A todo eso se une ahora una sentencia judicial que anula la reelección del presidente en mayo de 2010, hace más de tres años. La Justicia nunca ha tenido prisa. O sea, que tenemos un presidente fantasma y ficticio cercado por los tribunales. No podemos olvidar que está condenado por un delito contra el territorio por agrandar su casa en zona protegida.

Tenemos un estadio de primera con un equipo de segunda enmarcado en una sociedad de tercera que no tiene donde caerse muerta. Por algo similar los brasileños han salido a la calle para censurar los gastos faraónicos deportivos mientras su gente pasa hambre. El Cabildo debería tomar nota por su empeño en hacer un macropabellón para el mundial de baloncesto del año que viene. Parecemos tercermundistas.

Lo bueno de lo malo es que la temporada próxima habrá derbi con el CD Tenerife. Soria, embutido con la camiseta amarilla, salió en el periódico emulando a esos niños que piden el equipaje de su equipo en reyes o esos sollajos sin vergüenza que se enfundan la camisola sin pudor ni sentido del ridículo. El ingenuo ministro aseguró que la próxima temporada iría al Bernabéu a ver a la UD Las Palmas. Al muy iluso aún le queda una posibilidad: que nos toque el Real Madrid en copa.