Homologación sin contrapartidas por Asunción Rodríguez

La lucha por la homologación del profesorado no universitario ha sido larga, cerca de diez años, sin embargo, ha sido en el último curso y en el presente en los que ésta se ha intensificado. Las huelgas de marzo y mayo del año 2007, así como la de octubre, unidas a las medidas de protestas tomadas por los trabajadores, que abarcan desde la suspensión de actividades extraescolares hasta las manifestaciones en todas las islas, han puesto de manifiesto el descontento, no sólo el laboral sino, la voluntad de no alargar por más tiempo una situación donde no se respeta la dignidad del profesorado.

La justa reivindicación de los trabajadores quiere abarcar, más allá del terreno económico, la lucha para que -de una vez por todos- ,se tomen en serio los problemas de la educación en nuestras islas, para que se separe el papel de enseñante con el de trabajador; para que se deje de culpar del fracaso escolar al trabajo que los profesionales realizan en sus Centros de Enseñanza; para que se reconozca que la calidad de la enseñanza y la mejora del sistema educativo no depende únicamente del trabajo de profesionales que ven cada día cómo sus esfuerzos chocan con una sociedad más cambiante.

Es hora de realizar un análisis serio del problema educativo. Un análisis que lleva aparejado un estudio de una problemática social que la escuela recoge y recibe pero en la que tiene muy poco margen de maniobra para cambiar. Tratar de unir las reivindicaciones salariales con los objetivos de calidad es como pedir que un abogado siempre gane sus casos porque recibe dinero de los clientes defendidos.

Si bien esta protesta tiene tintes reivindicativos de índole económicos, la “polvareda social ”que ha levantado, pone de manifiesto que la enseñanza sigue siendo la base de cualquier modelo de sociedad. Los trabajadores implicados directamente en esta labor necesitan el apoyo de los encargados de dirigirla, según el mandato de las urnas. Se pide, por ello, que los cargos políticos realicen su trabajo, realicen su misión de una manera clara para ayudar a conseguir la tan “cacareada” calidad de la enseñanza y reconozcan que para conseguirla hay que coordinar los trabajos de enseñantes, sociedad, familia y organismos políticos: la de todos aquellos que están involucrados en tal proceso.

Alejarse del análisis profundo requerido de una vez por todas, enfrentar a las partes interesadas, jugar con los intereses laborales de los trabajadores públicos e incluso realizar acciones que se acercan al limite de la legalidad, responde a una cortedad de objetivos, junto con una mediocridad política.

El resultado del referéndum que rechaza el Preacuerdo del 17 de Diciembre del 2007 que firmaron la Conserjería de Educación y dos sindicatos con representación, indica el sentir del profesorado no universitario canario: el deseo de que se reconozcan sus derechos laborales, se abandonen prácticas que no llevan a conseguir este objetivo, sino a crispar los ánimos y entorpecer una negociación que nadie considera corta y fácil.

Es necesario volver a sentarse a dialogar, abandonar posturas prepotentes e intolerantes con el fin de subsanar una situación injusta. De no ser así se augura un curso, en el que la convocatoria de huelga está ya marcada (mes de febrero 18 hasta el 25). Sería de necios tolerar que se iniciara otro proceso de protestas cuando el marco del dialogo puede iniciarse después de la clarificación de todas las posturas que ha puesto de manifiesto el resultado del referéndum.

* Asunción Rodríguez es la Secretaria de Educación del Partido Compromiso

Asunción Rodríguez *