Espacio de opinión de Canarias Ahora
Hay que investigar
El pasado 15 de febrero murieron en la costa de Lanzarote 25 personas. Las intervenciones de portavoces del PP como Cristina Tavío, Australia Navarro o Carmen Guerra en las que han mezclado sus acusaciones a la Delegada del Gobierno por las muertes en Lanzarote con las críticas a los mandos policiales por la investigación de las corruptelas del PP, demuestran que para tratar la muerte de 25 africanos en nuestras costas no hay límites. La propia Tavío descubrió qué es lo que realmente preocupa al PP cuando dijo que la policía debería dedicarse a las pateras y no investigar las fechorías de algunos cargos públicos de su partido. Aquí se puede mezclar todo, como los familiares de los muertos de la patera no votan, como la conmoción social por las muertes de Lanzarote es muy inferior a la que provocó el accidente de Barajas, pues leña al mono que es de goma, que toca quemar a los mandos policiales, a la delegada del gobierno y al Ministerio del Interior.
Pero una cosa es evitar el uso partidario de un drama, la utilización de los muertos en un accidente como arma arrojadiza, y otra cosa es pretender que no haya nada que investigar. Lo ha escrito el maestro Pepe Alemán muchas veces: una cosa es una cosa y otra cosa son dos cosas. Sí, hay que investigar por qué murieron 25 personas a 20 metros de nuestra costa, ni siquiera existe la excusa de argumentar que el accidente fue en aguas internacionales. Decir que cuando hay mucho oleaje y las embarcaciones son más pequeñas el radar del SIVE no puede detectar las pateras es descubrir que el invento del SIVE tiene un objetivo represivo, de localizar a inmigrantes vivitos y coleando para meterlos en el calabozo y mandarlos a sus países. Ya conté aquí que los cayucos cotizan el bolsa, la empresa Amper, que vende el SIVE, está presente en la bolsa y el valor de sus acciones aumenta cada vez que las portadas de los periódicos publica la detención de inmigrantes en las costas y los políticos demandan más radares y endurecen las leyes de Extranjería.
No pretendo contribuir a mejorar la cotización de las acciones de Amper, creo que el fenómeno de la inmigración clandestina africana no se arregla con Frontex, policías y radares que funcionan cuando el mar está en calma. Pero ya que nos habían contado la historieta de que el SIVE está para salvar vidas y no para reprimir los sueños de los desesperados de la tierra, pues exijo que me lo demuestren. Como ciudadano exijo lo mismo que los familiares de las víctimas del accidente de Barajas: que se sepa por qué el guardia civil que debía estar dentro de la estación de Haría no utilizó la cámara CCD para comprobar que si las tres señales sensoras que detectó el radar eran olas gigantes o personas que se ahogaban. Que nos expliquen por qué el funcionario que trabaja en Haría tiene que recorrer 100 metros para ir al baño. Que nos cuenten por qué la base de los equipos de Salvamento de Lanzarote está en Fuerteventura. Para responder a estas dudas no hace falta ninguna cumbre de ministros en Canarias, el dinero de esa foto se podría invertir en comprar un retrete para el guardia civil que vigila el SIVE, para que no tenga que alejarse de supuesto, con el riesgo de distracción que eso provoca.
No pretendo sumarme al griterío partidista de los portavoces del PP, tampoco a la demanda de una cumbre ministerial del gobierno canario. En Los Cocoteros, en Lanzarote, murieron 25 personas y debe investigarse si la tragedia se pudo evitar, no podemos conformarnos con unos cuantos folios escritos por un guardia civil. Hay que investigar como si los 25 muertos fueran europeos. El portavoz del gobierno, Martín Marrero, puso un punto de sensatez cuando dijo que hay que investigar para que no vuelva a ocurrir. Pero volverá a ocurrir. Millones de africanos siguen conociendo el paraíso europeo a través de la televisión parabólica. Saben que montarse en un cayuco o una patera puede ser el inicio de un viaje hacia la muerte. Me lo contaron en las comisarías de Nuadibú cuando hablé con ellos, me decían que volverían a intentarlo. Se arriesgan a morir en el viaje al Paraíso porque la alternativa que tienen en tierra en muchas ocasiones es un viaje hacia la nada.
Juan GarcÃa Luján
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