Espacio de opinión de Canarias Ahora
A la izquierda
- Porque no son de izquierdas.
Es uno de los dramas no ya de la política actual, sino del votante huérfano de auténticas referencias progresistas (el progresismo, desde luego, no consiste en minusvalorar el esfuerzo a través de subvenciones o en oficializar la permisividad en materia de opciones sexuales ya asumida ampliamente por la sociedad. Pongamos por caso). El problema consiste en que mientras la derecha se radicaliza y es cada vez más de derechas, la izquierda ?una izquierda real, con posibilidades de alcanzar el poder? no existe. Desde luego, y lamento decirlo desde esta tribuna pública, no lo es el PSOE. O por lo menos no la representan sus dirigentes, aunque posiblemente existan ingenuos militantes convencidos de pertenecer a un partido de izquierdas, que, efectivamente, sí lo fue, pero ya no, y en cuyo seno jamás funcionó la democracia interna. Doy fe de ello, aunque para hacerlo deba remontarme a los ya tan lejanos años 70.
A uno le da la impresión de que las izquierdas sinceras y comprometidas de este país no se inscriben en ningún partido y que, desanimadas y nostálgicas, se limitan a actuar como mejor pueden sobre su entorno y de manera particular o en pequeños grupos (no confundamos tampoco, aunque se confundan, ecología con izquierdismo). Fue Churchill quien dijo, con demasiada razón, que, a veces, para no cambiar de ideología es imprescindible cambiar de partido. El frustrante dilema aparece cuando no hay partido al que acudir para seguir manteniendo los ideales.
Un hecho reciente evidencia la contradicción de la izquierda oficial. Solbes ha informado al Congreso de que la renta per cápita en España creció esta legislatura un 26 por ciento. Bien. Pero, la inmensa mayoría de los ciudadanos de esta nación ha perdido en ese tiempo capacidad adquisitiva y el 70 por ciento de los trabajadores es mileurista. La triunfal declaración del ministro sólo demuestra que un Gobierno socialista ha sido incapaz de distribuir correctamente ese aumento de la renta. Dicho de otro modo: los pobres se hunden progresivamente en la pobreza mientras los ricos aumentan, día tras día, sus ganancias.
José H. Chela
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