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Mensaje de Navidad y Año Nuevo
“El ángel Gabriel fue el enviado por Dios, a una virgen desposada con varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María. Y entrando donde ella estaba dijo:¡Salve, muy favorecida!. El Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres”.
Tomando como base lo que sucintamente antecede, deseamos dirigirnos por medio del presente, a modo de Epístola moral, a los clérigos de diferentes confesiones religiosas (Católicos, Evangelistas, Testigos, Judíos, Musulmanes y también a los mormones, cuya confesión profesamos, para decir: que estas fiestas de Navidad y Año nuevo sean como el mejor traje que nos ponemos, la sonrisa, el mejor regalo sobre todos sea el amor al prójimo y la felicidad el mejor deseo, así como el Supremo Amor de Cristo, y este año sea ¡nuestro REGALO FAVORITO! Sobre las bases espirituales siguientes:
Creer en Dios el eterno Padre, y en su hijo Jesucristo y en el Espíritu Santo, con sentido de prestar servicio y ayudar a los que nos necesiten.
Creer que los hombres seremos castigados por nuestros propios errores. Creer que por la “Expiación de Cristo” todos podemos salvarnos mediante la “obediencia a las leyes y ordenanzas del Evangelio”. Creer en los principios de fe en el Señor Jesucristo. Creer que debemos estar sujetos a los gobernantes y magistrados, en obedecer, honrar y sostener las leyes del país, siempre que sean democráticas y constitucionales. Creer en ser honrados, verídicos, castos, benevolentes, virtuosos y hacer y practicar el bien a todos. Si hay algo virtuoso o bello, o de buen reputación, digno de alabanza, a esto debemos aspirar, en la defensa de los valores que, a diario, son vulnerados por todos, especialmente por la implantación de la corrupción política, la desaforada sexual, de las drogodependencias y el infame crimen (practica de sacristías) cual es la pederastia.
Por todo ello, como ya hemos manifestado, se la dedicamos a políticos, clero de las diferentes congregaciones religiosas cristianas y las demás y, de manera muy especial al obispo católico de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, por tenerlo, como se dice a tiro de piedra y haciéndole un mejor y más cercano seguimiento, en tanto en cuanto a esos males del hombre, como es el de las vanidades de todo tipo, en las que la ausencia de humildad o de mansedumbre son más que notorias. Ese orgullo a creernos superiores a los que nos rodean, haciendo nuestra propia y sui géneris voluntad, en lugar de la primordial que es la de Dios, nuestro eterno Padre Celestial. Dejando a un lado, tantos y tantos que al considerarse como los únicos guardianes y como jueces de Israel, ¿estarán dispuesto a la aplicación del Evangelio en su Diócesis, desde el respeto a las leyes del país en temas referidos a: dejar de considerarse un “poder” dentro del Estado, de ese estado que en distintas ocasiones han intentado subvertir, por estar tremendamente mal acostumbrados desde que entraban en los templos bajo palio, al fenecido dictador y sus mesnadas, que hizo que convirtieran en “única” esa religión del nacional catolicismo que no cristiana? ¿Darán comienzo a dar de comer al hambriento, vestir al desnudo y proteger a los desvalidos, los menos favorecidos de la fortuna y del “dios” duro que tanto adoran, cual hicieran en la época de Moisés los que adoraron al becerro de oro? Esta es una época para plantearse dejar a un lado las parafernalias y colaborar para mejores repartos de la riqueza, como nos enseña el Maestro
¿Se considerará el respeto a las leyes del país, cumpliendo con mandatos inherentes, como las obligaciones sobre el impuesto de la renta, como cualquier hijo de vecino? En el aborto pueden existir excepciones y de hecho debemos colaborar en: embarazos como resultado de violaciones incesto o de otra manera. Cuando corra peligro la vida o la salud de la madre, cuando el feto tenga serios defectos, detectados por profesionales que le impida vivir después de nacer, decisiones personales de inseminación artificial. Control de natalidad exhortando al marido a ser considerado con su esposa ya que es ella quien tiene la enorme responsabilidad no solamente de dar a luz, sino también que el esposo debe compartir y velar por ellos desde la infancia. Ser muy prudentes a la hora de desaconsejar las donaciones de esperma y las de fertilización in vitro que determinadas confesiones cristianas toleran, pues si la función divina de los matrimonios es dar hijos en la época que nos ha tocado vivir ¿por qué no se pueden aprovechar los adelantos científicos? Es permisible que aquello que lo que Dios une no lo separe el hombre, es así para unos y no para otros como parece ocurriera con el divorcio de Marichalar-Borbón que el Tribunal de la Rota romana lo puede declarar nulo después de haber sido consumado y haber dado el fruto de dos o tres hijos. ¿Se trata de lo más ancho del embudo para los gentiles y lo más estrecho para la plebe? Nuestro Señor y su Evangelio no hacen acepción de personas ni de clases sociales.
Y vistos los ataques, a modo de inquisidores que vienen poniendo de manifiesto esos de las cúpula, de la Conferencia Episcopal, y como no se llaman al arrepentimiento tenemos que preguntar: ¿Será aconsejable, monseñor Álvarez, que usted pudiera convertirse en pionero haciéndose a un lado de la soberbia que les caracteriza rompiendo una lanza en su diócesis, por la singularidad de estos peñascos, adaptándose a nuestra disertación lo más posible, que no es sino otra que la del Evangelio, así como en temas como la Ley de Educación Pública y laica (LOE) a fin de que ninguna formación eclesiástica pueda utilizar viejos sistemas para adoctrinar e imponer su ideología. Como asimismo ningún partido político?
Así pues, debemos exhortar laborar todas las Iglesias, cristianas o no, como morada de Dios con los hombres. Una Iglesia que participe de los gozos, de las esperanzas, de las angustias, de las tristezas, siendo respetuosos y obedientes con las leyes constitucionales del país, siendo solidarias con cada hombre y cada mujer, de cualquier lugar y tiempo, llevando la alegre noticia del nacimiento de nuestro hermano mayor, el Hijo de Dios.
Que vuelva a reinar la concordia en el mundo, se retire la violencia, vuelva el diálogo y que la Navidad sea fecha de unión familiar, de paz y fecha de abrazarnos y olvidar las ofensas que hubiéremos producido. FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO.
Fidel Campo Sánchez
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