Una monarquía menos

El país obtendrá una Constitución democrática, tras eliminar a la monarquía que se había constituido en el principal obstáculo para sus posibilidades de desarrollo político, económico y social. Gyanendra, cuya dinastía se remonta a 1769, llegó al poder de una forma rocambolesca en 2001. Sólo era el tío del príncipe heredero Dipendra, quien en circunstancias extrañas (dicen que por la oposición familiar a su futura esposa) mató a tiros al rey, madre, tíos, tías y otros parientes, para terminar pegándose un tiro. Gyanendra accedía al poder pocos días después, a falta de otra cabeza que coronar.

Osciló constantemente entre el poder absoluto y las concesiones democráticas. Su obsesión consistió en acabar con el poder de los maoístas que llegaron a controlar el 80% del territorio tras diez años de lucha armada. Quería aceptar a los partidos políticos a cambio de la exclusión de los maoístas porque, decía, ellos insisten en poner fin a la corona, constitucional o no. Sin embargo, para intentar semejante objetivo tenía que recurrir a la represión del ejército. Su caída en desgracia comenzó en febrero de 2005, cuando destituyó al Parlamento y asumió los poderes ejecutivos, argumentando que era el camino para erradicar la corrupción y aplastar a la insurgencia. Consiguió el efecto contrario. La oposición, los partidos parlamentarios y los maoístas, se unieron en un solo frente que culminó en un levantamiento popular en abril de 2006. Gyanendra tuvo que reinstaurar el Parlamento con el partido maoísta incluido (un tercio de la representación parlamentaria), al tiempo que se alcanzaba un acuerdo de paz.

Sólo tres disputados votaron en contra de la abolición de la monarquía y 270 a favor de los 329 parlamentarios que componen la Cámara. Las funciones de jefe del Estado pasaron a manos del primer ministro interino Girija Prasad Koirala, miembro del Partido del Congreso y de la actual alianza gubernamental. El camino hacia la Constituyente no será de rosas. Habrá serias divergencias para construir una democracia pluralista en un país de economía agrícola, más bien feudal y todavía señalado por su sistema de castas. La esperanza de vida alcanza los 55 años para los hombres y 52 para las mujeres. Un niño de cada diez muere antes de cumplir un año de vida. Las mujeres carecen del derecho a heredar o a realizar transacciones bancarias. En todo caso, Nepal se ha quitado de encima un peso muerto para su futuro progreso: la monarquía.

Rafael Morales