Las movidas paulinesas

Paulino ya intentó la misma movida el año pasado y tuvo que embuchársela porque Luis Mardones, entonces diputado de CC, dijo que él era una persona seria y se desmarcó. El invento se fundamentó entonces, como ahora, en el engaño de fijarse sólo en las inversiones directas ocultando las otras vías por las que fluyen hacia Canarias dineros del Estado. Trata de confundir a los menos avisados porque los más saben que las islas figuran entre las comunidades beneficiadas por el sistema general de redistribución territorial de la riqueza; que en su balance fiscal se registran 2.000 y pico millones más de los que aporta; y que los dineros estatales suponen más de 6% del PIB canario.

No digo que los presupuestos sean perfectos, pero no son para ponerse así. Y menos cuando en 2007 el Gobierno paulinés dejó de gastar 900 millones presupuestados. A 31 de agosto pasado, el Gobierno sólo había ejecutado el 18% de su presupuesto. Según datos de la Intervención de la propia Comunidad Autónoma.

Pueden imaginar cuál es la isla más perjudicada por la situación. Acertará. La gracia más reciente: el Consorcio para la rehabilitación turística grancanaria ya cuenta con fondos del Estado, del Cabildo y del Ayuntamiento de San Bartolomé; faltan, cómo no, los del Gobierno con grave riesgo de perder la aportación estatal y que se fastidie la cosa. Hernández Bento, viceconsejera de Turismo, reconoció el retraso y se comprometió a solucionarlo. Ya veremos. Por no hablarles de los estudiantes del norte de Gran Canaria que han de estudiar mediante fotocopias porque la Consejería los olvidó. Y así pasan los días.

Paulino carga a Madrid la ineptitud de su Gobierno, al que hemos de soportar, Dios mío, hasta 2011. Como no tengo espacio para los detalles, sólo subrayaré lo inconcebible de que en tiempo de crisis descienda como lo ha hecho la inversión pública autonómica. Esto lo reflejan las cifras de paro y el descenso de la actividad empresarial. No vale la excusa de Zapatero malo. Está ya muy choteada.