Nuevo ensayo de Alejandro Nieto

Son palabras de Alejandro Nieto en El desgobierno público, su último libro. Arranca de la idea de que “todos o casi todos lo interesados, en especial los gobernantes, su séquito y sus rentistas se empeñan en ocultar la realidad. Algo siniestro deben estar haciendo puesto que tanto se esfuerzan en que nadie lo sepa. A tal propósito se sirven del lenguaje y con él han creado un mundo virtual ?que llaman oficial- completamente distinto del mundo real”.

En ese mundo, indica, se dilapidan nuestros impuestos en nombre de los intereses públicos, mientras “un puñado de granujas que hacen trampas para llegar al poder” se enriquecen con él descaradamente; “pero se nos dice que son hombres altruistas que se sacrifican por el bien común” y hasta hay quienes se muestras dispuestos a poner por ellos la mano en el fuego. “Si se nos dice que la corrupción es un fenómeno excepcional en un mar de honradez, nada se gana al constatar lo contrario”. Sabemos “de autoridades, jueces y funcionarios incompetentes perezosos y venales y se nos dice que están a nuestro servicio”. Que los gobernantes manipulen y engañen es explicable, “aunque ya no lo es tanto que los dominados se dejen engañar tan fácilmente”.

Diréles, por la parte que me toca, que para él los pensadores han cedido en el mundo virtual ante los “tertulianos radiofónicos” y “los columnistas de a tanto la línea” que contribuyen a que el ciudadano caiga indefenso en “la trampa oficial”.

Como verán, he abusado de Nieto en esta columna. Pero es que además de las prisas por acabar e irme a ver cómo va el mundo oficial en el match Zapatero-Rajoy, dice cosas que de largarlas yo provocaría nuevas acusaciones de ultrainsularismo; en especial si aplico a ATIcc el epígrafe de “La ideología autonomista como sucedáneo de la democrática”.

Nieto fue catedrático en La Laguna, donde dirigió unos Estudios de Derecho Administrativo Especial Canario que hicieron época. Es Premio Nacional de Ensayo y fue presidente del CSIC.

Un libro que merece la pena. Una vez al año no hace daño.