¿Pan o circo? por José Carlos Martín Puig

El partido de Manuel, se lleva jugando 8 meses, en el sur, en Las Palmas de Gran Canaria, en Gáldar y en todo aquel rincón de la isla donde le han dicho que podría haber alguna posibilidad de encontrar trabajo, pero su marcador sigue a cero y el de su familia también. La solución para Isabel, madre separada con varios hijos, no sólo no ha llegado aún sino que se complica ahora que debe pagar a hacienda por haber cobrado del INEM como desempleada y durante un par de meses como limpiadora para una ETT. Y eso aunque a día de hoy tenga que comer en casa de su familia para afrontar el resto de sus gastos. Joaquín tiene una empresa pequeña que disponía de 3 trabajadores hasta hace unos 7 meses. Ya no, pero el “gran hermano fiscal” que dicen que todo lo ve, le ha metido un inspector en el despacho y le va a imponer una multa por no se qué pequeño error en su ridículo impuesto de sociedades. Curioso, Manuel, Isabel y Joaquín, trabajadores o con ganas de volver a serlo, son gente a controlar por Hacienda, son como usted y como yo, personas que intentan con más o menos fortuna y honradez salir adelante en la vida y sin ganas de que nadie se la complique más de lo que ésta lleva implícita.

Cristiano Ronaldo no es Manuel, tampoco es encofrador, aunque seguro que necesitarán de un cofre en el banco donde vaya ingresando la pellita esa que le permite vivir como un marajá por dar patadas a un balón y correr de un lado a otro en un campo de fútbol. A muchos como él que “trabajan” en la liga de fútbol más “cara” del planeta no les va a pasar como a Isabel; nadie va a controlar exactamente cuantos euros ha ingresado por derechos de imagen, complementos varios, entrevistas fuera de contrato, primas extraordinarias y demás. Y qué decir del club que le ha contratado, ese que ha pagado por él 96 millones de euros (16 mil millones de ptas) en plena crisis mundial, ese que debe junto al resto de los equipos españoles de fútbol más de 100.000 millones de pesetas a la hacienda que “no somos todos” en conceptos de atrasos de IRPF e Impuestos de Sociedades. Ese club no es la empresa del pobre Joaquín, ni recibe la visita de inspector alguno, ni le miran con lupa las operaciones de permutas de terrenos, ni de donde sacan tantas perritas juntas. ¿Qué pensará Joaquín, apurado como está por mantener su único modo de vida, cuando se entere de que esos clubes tienen manga ancha con hacienda porque no devuelven como él el IVA o el IGIC en tiempo y forma o que también le deben a la seguridad social por sus trabajadores y empleados y no les cae un puro por ello como a él? ¿Qué pensará Isabel cuando se entere de que si ella llega un día tarde a pagar su declaración le recargarán con un 5% y estas sociedades anónimas deportivas negocian tranquilamente con hacienda y seguridad sus pagos incluso jugando con años de demora?¿Qué pensará Manuel al que el mes que viene se le acaba el paro y ya le han dicho que no va a recibir ninguna prestación más por parte de la administración, cuando se entere de que todos estos clubes deportivos de élite reciben cantidades multimillonarias de sus ayuntamientos y gobiernos de todo rango en concepto de subvención, publicidad encubierta, condonaciones varias?. Me pregunto para cuando una operación Unión, Góndola o Marbella en las sedes de los clubes deportivos y en los despachos de los intermediarios de los jugadores?¿Para cuando una depuración de responsabilidades o al menos una aclaración convincente que explique porqué los clubes deportivos de élite reciben este especialísimo trato de la Hacienda que ya sabíamos que no éramos todos? ¿Para cuando un control del origen de las operaciones que permiten que en plena crisis un club deportivo gaste esa cantidad de dinero o que explique si la entidad financiera que le ofrece el crédito para esa operación encima se lo niega a un pobre como Joaquín, que lo único que quiere es salvar puestos de trabajo y mantener su pequeña empresa?

Pan o circo, esa es la cuestión. Que bien le vendría ahora al Estado que todos estos señores multimillonarios, que todos estos clubes morosos con la hacienda maltrecha por el déficit público, estuvieran al día, como estamos los demás. Cuantas ayuditas de emergencia social tendríamos de más, cuantas actuaciones de reactivación económica se podrían acometer. Cuanto pan habría de no haber este circo. Ese es el PARTIDO QUE SE JUEGA aquí y esas serían las SOLUCIONES que los ciudadanos demandamos AHORA. Pero claro, algunos ya están enfrascados en otros partidos y prefieren no tocar un pelo al dispendio, la sinvergüencería y las “cositas oscuras” que rodean al circo, digo al fútbol. Seguro que porque eso les quitaría un puesto en los palcos o les quitaría votos en los otros palcos, los parlamentos. O no, que ya puestos, hemos visto que ser corrupto está de moda y se premia en las urnas.

¿Pan o circo?. Me da que los de arriba apostarán por el circo, aunque falten perras para garantizar el pan, el empleo, la sanidad o la educación de los que estamos abajo.

José Carlos Martín Puig