No obstante, también su imagen me produce cierto rechazo. No me transmite confianza, pero ésa es una apreciación puramente personal y sin más fundamento que un latigazo en las tripas y cierta tendencia a pensar mal.Pero lo que me alucina de todo esto es que esta señora se haya infiltrado en el debate político nacional en puertas de unas elecciones. Y que el PP considere que con la detención de Isabel Pantoja el Gobierno esté intentado desviar la atención sobre la impugnación o no de las listas de ANV. El PP con esa acusación está cuestionando por completo la independencia del poder judicial en España, y está acusando con el dedo y directamente al juez Torres, que instruye el caso de la Operación Malaya, a quien sitúa como brazo ejecutor de los intereses del Gobierno. Según el PP, Zapatero llamó al juez Torres, y le pidió que detuviera a la Pantoja para que todo el mundo dejase de pensar en las listas electorales en las que se intenta infiltrar Batasuna.Supongo que después, Mercedes Gallizo habrá llamado a Julián Muñoz para que inicie una huelga de hambre y así tenernos a todos mirando hacia la prisión de Jaén, mientras el Tribunal Supremo se pronuncia sobre la impugnación de las ciento y pico listas admitidas.Está claro que el PP piensa que aquí todos somos tontitos, menos ellos. Menos mal que don Federico nos ilumina cada mañana y ahora, que ya no puede defender la tesis de que ETA estaba tras el 11-M, comienza a pergeñar la de que la Pantoja se situará tras los resultados del 27-M. En fin, después de tanta neura y estupidez, no sé que ocurrirá con las elecciones. Pero sí sé qué va a pasar con la Pantoja: como con Lola Flores o Kate Moss, pasará a ser mártir, su leyenda crecerá y sus bolsillos engrosarán. Esperanza Pamplona