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¿Qué participación ciudadana es esta?
El pasado octubre asistí al Consejo de Participación Ciudadana del Distrito Centro de nuestra ciudad, celebrado en el Risco de San Nicolás. Entre concejales (2), técnicos de participación (2) y ciudadanos, éramos 21 personas en el local. Según la web del Ayuntamiento, el distrito centro tiene 87.190 habitantes. La participación no llego al 0,02% del número de habitantes.
En la fase final de la reunión resumí lo que había sido la Participación Ciudadana como concejalía, desde que en 2007 la creó la concejala del PSOE Magüi Blanco, y su fracaso – desde el punto de vista de la participación de la ciudadanía – consecuencia de la no puesta en marcha de los presupuestos participativos en la ciudad. Eso sí, por motivos ajenos a la voluntad de la concejala Blanco.
Que los concejales se reúnan con los ciudadanos para conocer sus problemas en la ciudad está muy bien, pero si las reuniones no tienen operatividad porque no se dispone de fondos para cubrir las necesidades de la ciudad expuestas por los ciudadanos, éstas acaban en la melancolía, en la abulia y en la “no participación”. Al término de la reunión, Sergio Millares, concejal de Participación Ciudadana, me invitó a una charla sobre presupuestos participativos que se iba a dar en las jornadas de Particípolis II: construyendo ciudad a final de noviembre.
Y así fue. Bajo el título Espacio de reflexión: ¿Qué modelo de presupuestos participativos pueden realizarse en Las Palmas de Gran Canaria? y con la participación de Claudia Delso, concejala de Participación Ciudadana de La Coruña, que nos iba a contar su experiencia en presupuestos participativos en su ciudad, asistimos a la charla en INFECAR unas 28 personas, contando a concejales y técnicos.
La concejala Delso es militante de Marea Atlántica -versión gallega de Podemos- que obtuvo 10 concejales de un total de 27 en las últimas elecciones municipales de mayo de 2015. Marea Atlántica, que gobierna en minoría, se encontró al llegar al gobierno municipal con que en La Coruña no existía la concejalía de Participación Ciudadana, y con que el Reglamento de Participación Ciudadana era del año 2004 y nunca se había aplicado. Asimismo, el Consejo Social de la Ciudad no existía y la ciudad no estaba dividida por distritos. O sea, que el panorama era abiertamente hostil a la participación de los ciudadanos, que por supuesto nunca se había practicado.
Con todo en contra, pero con todos los concejales de Marea Atlántica confabulados, en septiembre de 2015 pusieron en marcha A porta aberta (la puerta abierta) para encauzar el proceso participativo de toda la ciudadanía. En una primera fase, para recoger información de los vecinos para realizar una propuesta de distritos basada en criterios sociales. Después pusieron en marcha otro proceso denominado Participadoiro dedicado a la juventud, para diseñar las políticas públicas para los jóvenes.
Por último, pusieron en marcha los presupuestos participativos. Todo esto – que se cuenta en tres párrafos – significa un trabajo ímprobo, sobre todo porque no se tenía personal propio en la concejalía de Participación Ciudadana, por la falta de experiencia de los responsables políticos y porque se realizó en muy poco tiempo.
Conviene aclarar que la primera barrera que tuvieron que superar para que los vecinos pudieran utilizar las plataformas informáticas antes descritas, fue conseguir la participación de los mayores, que no tienen conocimientos informáticos. Se apoyaron en las bibliotecas municipales y en ellas se reunían los vecinos que no tenían medios ni conocimientos informáticos, pero que querían participar.
En junio de 2016 se puso en marcha el proceso de los presupuestos participativos, con un millón de euros que los vecinos podían destinar a una sola obra o a muchas, dependiendo del coste de las mismas. Se presentaron 516 proyectos, de los que priorizaron 316 y de ellos 96 han llegado a la final y se han incorporado al presupuesto de inversiones de 2017 del Ayuntamiento de La Coruña. El proceso terminó en septiembre de 2016.
El número de vecinos que han participado agrupados en las bibliotecas o directamente a través de la web ha sido de 2.000. Casi el 1% del censo de La Coruña (244.000 habitantes en 2014). Destaca la participación de los jóvenes, que fue del 2%.
Sé que las comparaciones son odiosas pero no queda más remedio que hacerlas, y la pregunta es: ¿Qué pasa en la concejalía de Participación Ciudadana en Las Palmas de Gran Canaria?
Aquí hay una estructura de técnicos (creada desde 2007) y locales apropiados para la Concejalía de Participación Ciudadana. Aquí tenemos un Reglamento de Participación Ciudadana en vigor. Aquí existe el Consejo Social de la Ciudad y un registro de entidades ciudadanas. Tenemos una ciudad dividida en distritos y con concejalías en cada uno de ellos. Pero, cuando se convoca un Consejo de Participación Ciudadana, asiste menos del 0,02% de la población. Cuando se hace un referéndum sobre el cambio de nombre de una calle (Juan Rejón) con la posible participación de 381.000 habitantes, lo hacen 833 (el 0,21%). Y los Presupuestos Participativos no existen, a pesar del compromiso reflejado en el Acuerdo por la Ciudadanía del gobierno municipal tripartito.
Se lo dije a Sergio Millares, al finalizar la charla de la concejala Delso de Marea Atlántica. Yo, en su lugar, me habría metido debajo de la mesa para que no me vieran, y al salir, habría ido directamente a presentar mi dimisión como concejal de Participación Ciudadana.
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