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Plataneros, sepan ustedes…

2 de marzo de 2024 17:00 h

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… que La Palma es diferente: siempre ha sido singular y a la vez preferente para los dirigentes del sector platanero; es donde hay más gente.

El viernes 1 de marzo pasado se mostró otra prueba contundente. Ese día, en la protesta masiva del sector agrario por la archiconocida crisis del campo isleño (la que no cesa; es latente), hubo caras conocidas, muchas, y algunas hasta sorprendentes por la posición estelar que ocuparon en el desfile y por el pequeño manejo que sabían que se escondía para aligerar el resultado del espectáculo. Tenía que ser suave, tan suave como el chispeo del día.

De los políticos presentes, no hablo, o lo hago muy poco. Más de lo mismo. Incluyo a los que fueron y no debieron ir pues la manifestación era contra ellos y además a los ausentes que tanto daño han hecho por incompetentes y blandos. Recuerdo a dos palmeros, palmera y palmero, que estuvieron acampados en el pico con mayor altitud en estas islas. Aún no me explico cómo permitieron sus superiores que destruyeran tanto, junto con otro bajo el paraguas de unas siglas corporativas, durante cuatro años que se hicieron muy largos, cansinos, improductivos.

La Palma es diferente, demasiado diferente y a veces también para mal. Ojo, seguro que a la vez muy singular, y esto para bien, pero quizá no en lo del plátano, y claro que no pretendo generalizar, pues solo me refiero a los que de verdad mandan y parece que conducen a la masa agrícola, la social.

El viernes 1 de marzo, al principio bajo una lluvia ligera, volvió a ocurrir lo de casi siempre. ¿Por qué? Una asociación local de agricultores y ganaderos enamorada de la organización suprema en esto del plátano, siempre muy de la mano y en línea con su hermana tinerfeña, que todo es lo mismo, hizo una de las suyas, con sutileza, jugando en casa y con el aplauso desde dentro del chubasquero del gran líder, este en la parte delantera de la protesta, justo entre una de las pancartas que hacía alusión a que la culpa de esta crisis del plátano es de los dirigentes del plátano, tremenda obviedad. No digo más; no es necesario.

Cuando hay estómago, hay estómago, y eso que siempre se dice que el plátano, cuando se comen muchas piezas o dedos de la manilla, es indigesto.

El viernes 1 de marzo, el día de la tercera gran protesta del campo en Canarias, no fue así: la digestión, por si no lo saben, estuvo perfecta, señoras y señores.

¿Cómo no iba a ser la correcta? Los que casi siempre manejan el cotarro con el plátano canario volvieron a exhibir sus trucos, sus sutilezas, su mimos y magias. Esta vez tampoco les importó lo de jugar (o quizá mejor así) en casa, en la plaza más delicada.

Sepan ustedes…

… que, para empezar, el manifiesto con las reivindicaciones agrarias leído en La Palma al término de la protesta, en un lugar no previsto, en la trasera de la sede del Cabildo, no en la fachada principal, no fue el firmado por los convocantes de todas las movilizaciones en Canarias: el unitario de Gran Canaria y Tenerife. Se utilizó una redacción síntesis, sin previo consenso entre los convocantes de la protesta. ¿Por qué? Porque La Palma es diferente, que lo dice la organización suprema y su hijuela local, y seguro que hasta la ramificación base tinerfeña.

Sepan ustedes…

… que el manifiesto leído en La Palma, en la trasera del Cabildo, no por delante, estuvo bien, pero hubiese estado mejor (hubiese sido el correcto y el completo: el unitario) para casi todas y todos si no hubieran simplificado su contenido y las medidas aprobadas en su integridad para intentar mejorar la crisis de precios y sobreproducción del plátano canario, la que lleva hundiendo la renta percibida por los productores al menos desde hace un año, quince meses, para ser exactos. 

Pero no, total para qué; eso no conviene resaltarlo, en parte porque en breve la organización suprema le dirá al Gobierno de Canarias que eso mismo, que lo que se puso allí, en el manifiesto de verdad, no merece la pena tal cual está...

Parece que no podía ser el contenido completo del papel primigenio, que La Palma es diferente, y por eso se resumió sin consenso previo, por la puerta de atrás. ¿Por qué? También parece que el que mejor lo sabe es el líder de la hijuela palmera de la organización suprema, a veces en funciones de político (risas en la sala) y a ratos en la dirección de una entidad agraria.

Sepan ustedes…

… que esas no fueron las únicas jugadas hechas en busca de tarjeta; no, que si no parecen pocas. A ese leve manejo, seguro que así lo verán algunos, se unió el de poner delante del micrófono al principal colaborador periodístico del identificado segmento agrícola en la isla y fuera de ella, de la organización suprema y otras, quizá para hacerlo todo más sencillo, de manera especial lo del resumen.

Ese locutor dijo sí a la invitación y leyó el texto que le pusieron, el resumido. Casi seguro que el mismo que entró por el registro del Cabildo, este sí por delante. Para qué molestar más a tanto político mandón presente en la protesta.

Por algunas de estas razones, muchos afines a la organización suprema estuvieron relajados en la movilización de La Palma del viernes 1 de marzo, la entidad filial sintió que servía para algo y el locutor a lo mejor vio más consolidado su oficio. La marca tinerfeña se hizo la loca y los demás muy quietos. Ya se pensaba en ¿dónde comemos? Ah, y los políticos, los que ahora gobiernan en la isla, contentos y radiantes, con el partido perdedor desaparecido, menos el que se disfrazó de bastón de la organización suprema, y con los cuadros más destacables de la derecha insular haciéndole la ola, el clásico paseo, al vice realejero por la bella calle Real.

Sepan ustedes…

… que en La Palma ganaron los de siempre, los que mandan, y salieron satisfechos, pero no convencidos, también los de siempre, los que más pierden y a los que le colaron el resumen.

Vencieron los que tienen más maña, sin importar la decencia, sepan ustedes; los que no quieren soluciones de consenso para el campo isleño, sino solo la suyas porque solo ellos son el campo canario. Y luego está que los dejan.

Ganó el hombre del tiempo porque la culpa de todo esto la tiene la calor, el cambio climático: es cosa ajena. Y así, ya se sabe, no solo no se puede sino que va a ser imposible.

Sepan ustedes… 

… que gana el que juega en casa, el más listo, el que mejor manipula ante algunos de los que más se dejan manipular.

Por cierto, ya supimos ese día que tanto calor era para agua. Y así tantos salieron mojados.

Sepan ustedes… 

Sépanlo de una vez. Ocurrió ese viernes 1 de marzo, y así casi toda la vida. ¡Hasta cuándo! 

“Llueve, detrás de los cristales, llueve y llueve…”. Mensaje final.

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