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Plenos municipales y cacicada

Eusebio Bautista Vizcaíno

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En un plazo de seis días el Ayuntamiento ha celebrado dos plenos. El primero para tratar el presupuesto municipal del 2015 y el segundo para tratar los temas ordinarios del mes de noviembre.

El concejal de Hacienda, Agustín Gutiérrez, calificó el presupuesto para el año 2015 como “austero y expansivo”, y como le parecieron poco ambos adjetivos añadió, entre otros, que también era “ecuánime, solidario y comprometido”.

Según el diccionario de la RAE, “austero” significa “ahorrativo, espartano, estrecho, riguroso” mientras que “expansivo” significa “que puede o que tiende a extenderse o dilatarse”, o sea que, un adjetivo es la antítesis del otro. Vamos, que no se puede soplar y sorber al mismo tiempo.

Con respecto a lo de “ecuánime, solidario y comprometido” no sé si se refería al incremento de lo que el Ayuntamiento espera recaudar en concepto de multas de tráfico en el presupuesto del 2015, que asciende a 8,5 millones de euros, un 44 % más que el presupuesto del 2013, que era de 5,9 millones.

En cualquier caso, el presupuesto del gasto permitido en 2015 está en cifras parecidas a las del ejercicio 2009, unos 309 millones de euros. Es evidente que no hemos dejado atrás la crisis.

El pleno ordinario del mes no presentaba temas de mucha enjundia, excepto alguna de las mociones de los grupos de la oposición, como la de las ayudas para alquiler de vivienda del PSOE. En octubre ya se habían agotado los 757.000 euros de la partida entre las 470 familias solicitantes, quedando sin respuesta otras 1.055 familias. El PSOE pedía que se incrementaran los fondos para este mismo año y la partida prevista para el año 2015, que es claramente insuficiente. El PP, por medio de su concejal de vivienda, despejó balones a córner, echándole la culpa al Gobierno de Canarias por no entregar las 115 viviendas terminadas y vacías en Las Torres y Jinámar. ¿Con esas 115 viviendas arreglan el problema de las 1.055 familias? La moción fue rechazada por la mayoría del PP.

La moción sobre guaguas, también presentada por el PSOE, pidiendo ampliación del horario y mejora de la frecuencia de paso en barrios como el Cono Sur y el Distrito de Tamaraceite, San Lorenzo y Tenoya, tuvo una muy buena acogida por parte del grupo popular, que ofreció una enmienda, aceptada por el grupo socialista. Además, el concejal Ángel Sabroso dio la primicia de que el próximo mes de enero, después de muchos años, Guaguas iba a ampliar la plantilla contratando 5 nuevos conductores para poner en servicio diariamente 5 guaguas más, precisamente para mejorar las comunicaciones con los barrios.

Hubo otra moción del grupo Nueva Canaria, relativa a la política urbanística en el barrio de Guanarteme, que recibió una crítica muy dura por parte del grupo popular y que fue rechazada.

La segunda moción de Nueva Canaria, relativa a los sondeos petrolíferos, a la actuación de la Armada, a Greenpeace, etc., tuvo también una fuerte contestación por parte del grupo popular, como era de esperar. Pero lo que no estaba previsto era la actuación caciquil del alcalde Cardona.

En las mociones, los grupos tienen, por reglamento, dos turnos de intervención, excepto el grupo proponente de la moción, que tiene tres. En esta moción, después de la segunda intervención del portavoz de Nueva Canaria, el alcalde, que preside y modera el pleno, dio por terminado el debate, diciendo que se iba a votar en el mismo momento que le tocaba intervenir, en su segunda ocasión, a la portavoz del grupo socialista Isabel Mena.

Por mucho que protestó la concejala socialista, el alcalde impidió que hablara, cortándole el micrófono en reiteradas ocasiones. La concejala se acogió al reglamento, pero el alcalde ni caso. Isabel Mena pidió que, por un asunto de orden, interviniera la secretaria del Pleno, que es la garante del correcto funcionamiento del pleno, para que diera su opinión. La misma secretaria le pidió intervenir al alcalde, pero éste dijo en voz alta, y espero que haya quedado grabado para que figure en el acta del pleno, “la secretaria no tiene por qué pronunciarse, porque lo digo yo”.

Según el diccionario de la RAE, “cacique” es la persona que en una colectividad o grupo ejerce un poder abusivo, y “cacicada” significa “acción arbitraria propia de un cacique o de quien se comporta de igual modo”. Sin comentarios.

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