¿El PP de huelga?

Era de esperar que estos tres rotativos cogieran ese camino, pero llama la atención que no aprovecharan la ocasión, ya desde los titulares, para arremeter contra Zapatero al que se esfuerzan en martirizar en unos términos y unos excesos tales que debería gratificarles el éxito rotundo de la huelga y no su fracaso. Dado que descarto la posibilidad de que destaquen el fracaso para subrayar que Zapatero ganó el pulso, debo deducir y deduzco que les pareció en este caso más rentable cargar la mano contra los sindicatos pues ya tienen el resto del año para machacar a Zapatero. Sin olvidar la maldad deslizada de que Zapatero estaba de acuerdo con UGT y CC.OO para montar el número y desviar la atención de otras cuestiones. Como la sequía de goles de Cristiano Ronaldo, supongo. Así combinan la campaña sistemática contra Zapatero y la necesidad, de inspiración thatcheriana de quebrarle el espinazo a los sindicatos.

El resto de los periódicos, sin renunciar a adaptar los resultados a lo que habían adelantado, se mostraron más circunspectos. El Periódico de Cataluña consideró que la huelga resultó más sindical que general y La Vanguardia barcelonesa estuvo más o menos de acuerdo al titular “Huelga no general”; línea a la que se apuntó el Diario de Avisos para quien la respuesta a la convocatoria “No llegó a general”, sin aclarar si quedó en coronel, teniente coronel o lo que sea. Para Canarias 7 hubo “Poca pasión” y La Provincia destacó que “La huelga no paró Canarias”. Los más comprensivos y comprehensivos fueron El País, que habló de “efecto moderado” y Público, al considerar que los sindicatos superaron el examen.

No sabe uno muy bien a qué carta quedarse aunque, en una primera aproximación se aprecian ciertas evidencias. Una de ellas, la de que el Gobierno no se puso de uñas ante la convocatoria, seguramente para no crispar más de lo debido su situación respecto a los sindicatos con los que quiere sentarse a negociar. Si se acepta que la respuesta a la convocatoria no fue lo general que querían los sindicatos no es porque haya una mayoría que esté de acuerdo con las medidas del Gobierno sino porque consideraron la protesta inútil e inoportuna en estos momentos y que tenía más que ver con el interés de los sindicatos en marcar distancias de sus anteriores cameos que con su confianza en que el Gobierno rectifique. La actitud de Zapatero de evitar mayores crispaciones y dejar abierta una puerta a la negociación indica el cuidado de minimizar el daño que pueda hacerle el plante.

En cuanto al PP poco hay que decir. No respaldó la huelga pero tampoco arremetió contra su convocatoria. No podía respaldarla porque, al fin y al cabo, las medidas de Zapatero responden a su línea de pensamiento. Y no podía condenarla de forma explícita dada su recién estrenada condición de “partido de los trabajadores”, Cospedal dixit y dos huevos duros. En otras palabras, Rajoy volvió a quedarse, como siempre, en el limbo del ni sí ni no ni la manta es mía, cosa que, a mi entender, no dice nada bueno de quien aspira a gobernar pues nos quedamos sin saber qué haría él, una vez sentado en La Moncloa, ante situaciones extremas como lo es, sin duda, una huelga general. Dicho sea sin excluir la posibilidad de que la dirección del PP hiciera también huelga callada la boca.