Espacio de opinión de Canarias Ahora
Una ley para recordalos a todos por Ramón Francisco González Hernández
Y porque es totalmente necesario “forjar esas normas” en las salas del poder legislativo... forjarla para recapacitar sobre los “tiempos oscuros”... en la ciénaga de la intolerancia... donde habita el recuerdo de tantos y tantos de cuyo tiempo en la edad de los hombres fue acortado por el asqueroso y putrefacto brazo del señor “odio” que habita siempre vigilante, en la torre aislada del subconsciente... paseados, desaparecidos, fusilados, atormentados, exiliados, perseguidos, humillados...DEVOLVER a sus familiares y seres queridos su memoria.ADQUIRIR conciencia las generaciones venideras.RECUPERAR su ejemplo de tiempos pasados no parar repetirlo, sino para dignificarlos.Noble tarea a la que tiene que dar respuesta el pueblo español, que después de tantos años sin dictador no ha podido llevar a cabo tal empresa porque no sólo el dictador sostiene la tiranía. Sus huestes se expandieron y se apoderaron de las estructuras sociales que sólo con el ejemplo democrático y el paso de los años se ha podido llegar a plantear la necesidad histórica de la memoria. Y otros muchos intentos han existido... pero quizás no era el momento. No se podía hacer mejor en otros tiempos, y de ello en su momento también algo les podré contar: de los libros, discos, conciertos, ... que se han hecho durante los años de Democracia.Ante todo un bando enfrentado, el llamado perdedor (¿?)... cuando en realidad todos perdimos, porque el que oscureció la esperanza, la vida de la libertad... sí que se encargó de regar por todas partes: placas, burros y jacas...que adornan aún muchas de nuestras plazas y parques una ley que sólo será un paso más, no el primero ni el último. Porque también hay que recordar para bien, que después de fallecido el tirano al que no se pudo tumbar, sus defensores y bien situados, su estructura,... siguen unos años más regando de intransigencia las calles y el corazón en la llamada Transición... Cuántos sufrimos persecución, cárcel, extorsión, exilio... Cuáantos murieron no sólo en la calle Atocha... también mientras pintaban libertad en las paredes porque no habían muchos medios de expresión, o en las palizas que daban los cachorros y no cachorros de la intolerancia...insensatos...Cuántos abandonamos España porque aún la ley no hablaba. No, no quieren ni compararse con a los que la ley trata de recuperar y que con orgullo lo esperamos, pero en su absoluta certeza no debemos olvidar que entre el 1975 y 1978 van tres largos años e incluso un par de años después, por tanto al menos cinco... que forjaron una España por abajo, en llano y sin ser “padres de un texto”. Sí que son familiares directos de éste, de esa sociedad que ha forjado todo un pueblo para poder vivir un poco más de justicia y de libertad y dejar las tiranías atrás... en el mundo antiguo...Ojalá seamos capaces de arrojar el anillo; perdón el odio, (en que estaría pensando...) al abismo del olvido y hacer florecer las enseñanzas de lo vivido y forjar esa frase tan hermosa y terrible a la vez atribuida a Castelao: “No son cadáveres... son semillas”.
Ramón Francisco González Hernández
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