Soria y los tribunales

Cabrera informó a Soria de lo que ocurría inocentemente. Y cuando el consejo de Megaturbinas desistió del concurso y le ordenó pasarle su información a los Esquivel, se le cayeron los palos del sombrajo. Líquido, blanco y en botella es leche y como encima Soria era inquilino gratis total de los Esquivel en Tafira, hubiera llegado sin duda a la misma conclusión aunque el envase fuera tetrabrik sin rotular.

Cabrera denunció lo que había. Sin éxito. Pero el escándalo acabó estallando como caso Eolo. El Parlamento creó una comisión de investigación ante la que compareció Cabrera y señaló con el dedo a Soria que lo amenazó con los tribunales; además de presionar hasta conseguir que aquella sesión fuera de las más vergonzosas que se recuerdan en la cámara canaria.

El tribunal, a lo que iba, acaba de absolver a Cabrera y condenado a Soria al pago de las costas. Por esta misma causa, está pendiente de juicio Carlos Sosa. Si para Cabrera el fiscal no pedía pena alguna, tampoco la solicita para el director de CANARIASAHORA.

En su particular ranking, Soria ha logrado la condena de Sosa en el caso de la Favorita, a pesar de que la Fiscalía solicitó su absolución. Tras tan esperanzador comienzo, le vinieron dos sentencias contrarias seguidas: la del caso Isolux a favor de Carlos Sosa, su objetivo preferido, y ahora ésta obtenida por Cabrera que pone el marcador en 1-2. Ya veremos qué ocurre con la de la Favorita, que está recurrida, según creo.

Sigue el misterio sobre quien paga los servicios a Soria de un carísimo bufete de Madrid. O sea, si pagamos nosotros su afición a amedrentar al ciudadanaje con los tribunales. Que funciona mientras no se tropiece con gente que no se deja intimidar.